21/5/13

El Gran Gatsby (The Great Gatsby)

Hoy he visto El Gran Gatsby (The Great Gatsby), una de excesos desganados y pompa insustancial.

Ninguna queja en cuanto al diseño
Baz Luhrmann adapta la inmortal novela de F. Scott Fitzgerald sin profundizar demasiado en su significado. Al menos eso creo, porque reconozco que me he leído el original ex profeso para documentarme antes de ver a peli y, la verdad, no he conseguido encontrar en sus páginas la novela fundamental de la literatura del siglo XX de la que hablan los que de verdad entienden.

La trama sigue la del libro paso a paso, a penas modificando alguna acción discretamente. Nick Carraway vive en una pequeña casa a las afueras de Nueva York en las años 20. Su vecino, un tal Gatsby, monta unas fiestas despampanantes y poco a poco se irá mezclando en su vida hasta que le pida un pequeño favor. El amor, el alcohol y el desenfreno a ritmo de jazz de la sociedad que quiso gastarlo todo terminada la I Guerra Mundial.

Qué bien lo pasamos
Tobey Maguire es el conductor del relato y uno de sus principales lastres. Su cara de atontolinado hace muy cuesta arriba la primera parte de la película en la que aun no se ha presentado al verdadero personaje protagonista. Ya no vale excusarle con que Peter Parker es un perdedor o que los jockeys son gente rara, Maguire es un panoli y no apetece.

¿Por qué no me dan mi Oscar?
Justo lo contrario pasa con su compañero de reparto y amigo personal Leonardo DiCaprio. Su presentación en la película es tan impactante que desde ese instante sabes que va a devorar al resto del reparto. Y ojo, todo es mérito de la capacidad del actor ya que el errado montaje de Luhrmann no le hace ningún favor especial a su personaje. Todos tienen su dosis de planos mareantes pero de eso hablaremos más adelante, ahora toca insistir en la preponderancia de DiCaprio por encima de los demás. Arroya a Maguire y deja en nada a una sosísima Carey Mulligan.

La casita
Solo Joel Edgerton consigue aguantar el envite del protagonista y juntos demuestran un tira y afloja en pantalla que convence. Jason Clarke, Isla Fisher y Elizabeth Debicki cumplen sobradamente y completan un reparto donde realmente solo fallan Mulligan y Maguire.

La ambientación, escenografía, vestuario y demás detalles artísticos, son algo en lo que Luhrmann se sabe poderoso y acierta de un modo aplastante. El exceso visual, tanto para el lujo desenfrenado como para las cenizas polvorientas, le sientan de lujo a una película que expresa así la condición del libro de caricatura de un momento determinado de la historia norteamericana.

Spiderman a punto de bailar
Y ahora si, vamos al problema. La sensación principal que deja El Gran Gatsby es que la preproducción y postproducción se hicieron pensando en Mouling Rouge pero la producción se basó en Australia. Parece que una vez preparada toda la opulencia, vestuario, cientos de figurantes e imposibles circuitos de railes para las cámaras, Luhrmann rodó una historia sencilla donde los personajes solo tienen que hablar entre ellos.

Por culpa de todo esto, la sensación de número musical que no termina de comenzar se prolonga durante toda la película. Especialmente en los momentos de las fiestas, escenarios donde el directo de verdad se siente cómodo, todo queda en nada cuando tras un subidón de música inicial, se pasa a gente andando y dejando atrás el alboroto que deja de encajar con la música que suena de fondo.

Estos dos molan
No se puede hacer un musical exagerado sin números musicales igual que no se puede hacer una historia clásica con elementos exagerados que finalmente no aportan nada. Una pena que sea Baz Luhrmann el que fracase en esto cuando fue él mismo el que dio con la mezcla perfecta de modernidad clásica en Romeo y Julieta de William Shakespeare.

En conclusión, una obra magnifica de publicidad y promoción. Una banda sonora repleta de los artistas más comerciales del momento versionándose entre ellos para conseguir hacer poco y que parezca mucho. Una campaña de marketing que es en sí misma, y sin pretenderlo, algunas de las ideas de la película y el libro: consigue lo que quieres siendo excesivo, especialmente si no eres nada.

Compañero, disfruta de la fiesta
Aquí el tráiler. Sigo quedándome con Romeo y Julieta de William Shakespeare y con la fabulosa Moulin Rouge. Y ya que hablamos de libros que, en mi inexperto entender, están algo sobrevalorados, prefiero El Guardián entre el Centeno. Un 6'75.

2 comentarios:

  1. Aún no me he recuperado...
    Se supone que es una historia aparentemente superficial que refleja el verdadero espíritu de la era. La diferencia es que el libro está lleno de dobles significados y simbología que en la película se pierden. Salvo la luz verde y la mirada de Dr Eckleburg, aunque los sobreusa tanto que dudo que nadie se haya planteado que signifiquen algo.
    Hace mucho tanto que no salía tan decepcionado del cine. Hubiera llorado si no hubiera sido por Leo y los diseños de set y vestuario que son como mis sueños hechos realidad!

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  2. Si es que está claro, ya que no iban a profundizar en el guión y tenían ese diseño ¡hacedlo musical joder!

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