18/1/14

El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street)

El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street), el rey ha vuelto, y quiere fiesta.

El fiestón
Los amantes del cine tenemos la suerte de vivir en el mismo segmento temporal que Martin Scorsese. Podemos disfrutar de todas sus nuevas películas en pantalla grande, al menos los que no dependan de un Cinesa, y ver cómo crece una filmografía que se estudiará por los siglos de los siglos.

Eso mismo piensa Leonardo DiCaprio y hace bien. El antaño forracarpetas se empeñó en ganar un Oscar y ha sabido arrimarse a quien debe.

El Lobo de Wall Street adapta la autobiografía de Jordan Belfort, un corredor de bolsa que en los 90 se convirtió en el paradigma del bróker multimillonario y drogadicto. Sus vicios estaban a la altura de sus cualidades como embaucador y estafador, características que le permitieron llegar a lo más alto vendiendo bonos basura. Con el dinero llegaron los excesos, las fiestas y una combinación de drogas, sexo y oficinas como nunca antes había visto la humanidad.

El molar
Leonardo DiCaprio está en la cima. No solo es su mejor actuación hasta la fecha, consigue además emular con sus gestos, meticulosamente excesivos, lo que las grandes leyendas de la actuación harían en el cine actual. Las muecas mientras grita a alguien por teléfono o al terminar de arengar a su banda, son las de alguien que se sabe pletórico y lo está disfrutando. Su presencia tiene además un extraño halo de clasicismo, el porte de las estrellas. Puede que los puristas vean esto como un sacrilegio, pero si hablamos de clásicos como Cary Grant o Gary Cooper y de genios posteriores como Jack Nicholson o Robert De Niro, DiCaprio, desde ahora, podría a ocupar un nuevo hueco a la misma altura.

Barbie duquesa
Y mucho cuidado, que una interpretación legendaria no oculte otra magnífica. Jonah Hill es indispensable y el protagonista lo sabe, por eso cuando ambos están en pantalla el juego es continuo y perfecto. Nadie se imaginaba que el gordito de Supersalidos tendría a estas alturas dos nominaciones al Oscar y lo que es más complicado, merecidas. Utiliza su imparable verborrea para quedarse con la atención del público por muy incómodo que sean los dientes que le ha tocado ponerse.

Pero claro, estamos hablando de una película de Scorsese, el tipo que consiguió hacerno creer que Ray Liotta era un actor prodigioso. La capacidad para sacar jugo de sus intérpretes hace que, aparte de los dos ya mencionados, el resto del reparto brille como nunca. No creo que el televisivo Jon Bernthal vuelva a tener el magnetismo que posee en esta película ni espero mucho de la carrera de Margot Robbie, una versión joven y pulida de Jaime Pressly, pero aquí dan la talla como los demás.

Mejores amigos
Desde el divertido Jean Dujardin hasta la escena de Matthew McConaughey, perteneciente ya a su nueva faceta de imprescindibles del actor, El Lobo de Wall Street está lleno de pequeños papeles de viejos amigos o caras desconocidas que difícilmente tengan algo mejor que este momento en su ficha profesional. Mención especial para la tríada de directores a los que Scorsese se permite dirigir, Spike Jonze, Jon Favreau y el genial Rob Reiner en un papel descacharrante.

Teniendo en cuenta que la historia era interesante, que el guionista es Terence Winter, responsable de capítulos de Los Soprano y Boardwalk Empire, y que el director y reparto es el que ya conocemos, muy mal se tenía que dar lo demás para que esto no fuese una maravilla.

Esta escena es para estudiarla
La fotografía es del mexicano Rodrigo Prieto, responsable de grandes trabajos como Babel y conocedor del entorno por ser el responsable de Wall Street 2: El Dinero Nunca Duerme. Aquí juguetea con las lentes y la calidad visual dependiendo de la situación, algo que parece entretener cada vez más a Scorsese según cumple años.

Y es que al revés de otros compañeros de oficio, que en sus últimas obras se vuelven más conservadores, el genio de Queens parece obsesionado con el trapicheo aquí y allá. Supongo que las sesiones de montaje junto con su indispensable Thelma Schoonmaker deben ser autenticas clases maestras de ruptura de reglas que ellos conocen mejor que nadie.

La conclusión de todo esto es que efectivamente, lo ha vuelto a hacer, y otra vez de un modo completamente nuevo. El Lobo de Wall Street es una hipérbole de tres horas con un tempo perfecto y una locura escrupulosamente medida. Una clase de cine en prácticamente todos sus ámbitos y un pedacito de historia contemporánea. Así vivía uno de los más exaltados estafadores neoyorkinos de los 90, esos que terminaron siendo responsables del momento económico que está viviendo occidente en este momento. Así se lo pasaron, ya que lo estamos pagando, vamos a verlo.

Resumen de los próximos Oscar
Aquí el trailer. Y sí, contiene sexo, 509 fucks y una escena en la que DiCaprio, Hill y unos quaaludes superan a Depp, Del Toro y su éter. Un 9’5.

2 comentarios:

  1. con lo que me gusta Leonardo! y con todo lo que has contado ,con ese entusiasmo y ahora vas y me dices que a mí no me va a gustar.
    ¡pues vaya!

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  2. I'm still high from this... No puedo dejar de pensar en lo genial que es...
    Los cameos épicos de Spoke Jonze y Fran Lebowitz, los Gucci Horsebit loafers que llevan Leo y Hill. El Versace sin control de Robbie (y su desnudo!).

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