7/10/14

Sitges día 3: lo otro

Aquí se viene a ver cine no a hacer el chorra. Pincha en Sitges día 3: las películas y déjate de pamplinas. Si sigues por este camino no sé que va a ser de ti. En fin, tú verás.

Esta foto es para que vea mi abuela que como
Me levanto sobresaltado en mitad de la tormenta del siglo. El despertador acompaña al sonido de la lluvia pero sólo soy capaz de apagar lo primero. A esto se suma una pequeña luz blanca que brilla en el techo. Cuando consigo centrarme y recordar dónde estoy, voy uniendo pistas hasta que llego a la conclusión de que debe ser la luz de emergencia. Efectivamente abro el portátil y no se conecta a internet. El WiFi ha caído repito, ¡el WiFi ha caído!

Tengo dos minutos para encontrar la página del festival en el movil, iniciar mi sesión de acreditado y acceder a la lista de reservas antes de que algún listo se lleve las que quiero ver, una de ellas con ganas hiperbólicas. Poco a poco consigo mi cometido y ahí estoy, a las 07:00 en dónde debo estar. Miro que estén las dos que esperaba, me pongo contento, le doy a reservar a la primera, la de las ganas, y ya está agotada. Siguen siendo las 07:00, no ha pasado ni un minuto. Apesadumbrado, reservo la segunda y busco a ver qué encuentro, una tercera opción que llevarme a la boca, una película que se ha quedado sola en el recreo, nadie la quiere para su equipo.

Leo comentarios en twitter de gente que está saliendo ahora, bajo la tormenta, de su última sesión del día anterior. Como los maratones de tres y cuatro películas empiezan a la una, puede suceder que alguien que entra a su primera peli se cruce en la puerta con otro que sale de su última. Dos personas viviendo jornadas del festival diferentes en el mismo espacio. Viaje en el tiempo cutrongo, agujero de gusanillo.

En Cataluña hay urnas y yo estoy votando
Mientras me ducho, deja de llover y vuelve a hacer un día soleado de octubre en el norte. Desayuno con calma y con Colacao y conduzco sin el GPS hacia el Auditori. Me creo todo un lugareño más y voy por sus calles con la ventanilla bajada, oyendo una emisora en catalán y con ganas de que alguien me ponga una urna.

Las sesiones locas no me dejan tiempo para nada más que para ver pelis y sólo en los trayectos disfruto de algo que no sea proyectado. Me ha gustado especialmente es la implicación de la ciudad con su festival. Con un concurso de escaparates como excusa, negocios de todo tipo ponen temática cinéfila en sus puertas, desde una frutería con figuras de King Kong hasta una tienda de audífonos con los VHS de La Guerra de las Galaxias y La Cosa. También hay dibujos de niños, que supongo responderán a otro concurso, y muchos lo petan muy fuerte. Mis favoritos son los dos que acompañan este texto.

Niño ochentero
Y estaba yo mirando el de Ete con camiseta, puesto en un escaparate de una tienda de regalos con peluches del famoso extraterrestre y otras pelis, cuando ocurrió lo que relato a continuación. Voy a intentar no añadir ni inventar nada, las frases de la mujer son tal cual las recuerdo, si bien no exactas, sí lo más aproximado a la realidad:

Pasa a mi lado un joven paseando a su perro, un pitbull blanco atado con correa. Hasta donde yo veo, no ocurre nada remarcable pero desde la otra acera oigo a una mujer.

- Cuidado Brian que te va a comer el perro. Ay ese perro madre mía, metete Brian a la acera que mira el perro.

El dueño del can continúa avanzando como si nada y la mujer, una señora mayor que pasea una niña en un carrito y grita a un chaval de unos 7 años, sigue hablando.

- De verdad ese pero, es que es muy peligroso vamos, no se puede ir así. Cómo estamos madre mía. Por la calle ahí, con ese perro que es un perro asesino.

No aguanto la presión, mal por mi parte, y miro a la señora. Me está mirando y ese cruce de rayos cósmicos es lo que necesita para pasar a mi acera y hablarme directamente, a poca distancia.

- Es que vamos, se puede comer al niño el perro ¿pero como lo lleva así? Sin bozal ni nada ¿no? Que es peligroso el perro ¿no?
- Pues seguramente – contesto casi para mi
- Hombre claro. Y con las pintas que llevaba el chico ese ya ni te cuento – era un joven absolutamente normal – Menudo perro ¿no crees?
- Sí sí
- ¿Eh?
- Que sí que menudo perro
- Ah – y os prometo que cambiando a esta velocidad y como si nada hubiese pasado hasta ese momento, mira al escaparate y continúa – Me gusta a mi mucho la películas esta. Sí. Me encanta. Que pedía un teleeeefono – excelente imitación – Me gusta a mí mucho sí
- Sí sí – respondo con el cerebro algo mareado por el cambio brusco de temática
- Que tenían platillos ¿no? Me gusta – y ojo con esto – Pero lo que no sé yo es si existió ¿existió?
- ¿El qué? – pregunto no queriéndome creer lo que acabo de entender
- El muñeco de la película, que no sé yo si existieron o.. me parece a mi que sí. Y en Marte. Que hay vida en Marte ¿no?
- Creo que no – digo mientras noto como mi cerebro termina de licuarse irremediablemente
- Que sí que lo vi por el periódico – tal cual – que hay vida en Marte y que hay dos allí ahora que van a hacer para que vivamos todos. Dos hombre allí. ¿Se podrá?
- No lo sé
- Digo yo que sí porque ¿cómo lo hicimos aquí?
- ¿El qué?
- Respirar y vivir claro, que solo aquí pero allí también
- Sí – notad que aquí yo ya dejo de responder con normalidad
- ¡En la luna! – grita sorpresivamente – en la luna me parece que están como construyendo casas. Y tú que estás ¿ahí en las películas?
- Sí sí, ahí muy liado – intentando irme pero no consiguiendo separarme de su mirada
- Me encantan a mi las películas como esa – señalando a E.T. – Me gusta mucho. Teleeeefono decía
- Bueno me tengo que ir
- Me gusta mucho si
- Sí sí hasta luego

Mientras camino sigo oyendo como el ciclo vuelve y, tras pasar de nuevo por el extraterrestre, creo que dice algo más del perro del principio. Ahí ya estoy demasiado lejos pero me doy la vuelta y envío una sonrisa y un gesto de despedida, más que nada porque veo que sigue hablando en mi dirección, carrito en mano y con el chaval subiéndose al escaparate.

The masterpiece
Pasaron más cosas ese día pero nada comparado con esto. Dejo aquí mi historia, espero que sirva para que descubráis que hay un mundo ahí fuera plagado de seres fascinantes. Hoy yo me he topado con uno, mañana te puede tocar a ti.

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