10/2/15

Foxcatcher

Foxcatcher, los peligros de la filantropía retorcida.

Muy enfadados todos
Nueva película de Bennett Miller que, tras renovar la figura de Truman Capote y enseñarnos cómo se cambió la técnica de los fichajes en Moneyball: Rompiendo las reglas, insiste en mostrar al público trocitos de la historia popular americana de los últimos años. Esta vez se centra en un caso poco conocido en este lado del atlántico por lo que, si cuento el titular del suceso, sería un spoiler para la mayoría. Si quieres ver la película como ha sido concebida, para adentrarte en un caso conocido, sigue leyendo. Si además quieres ir descubriendo una historia nueva, para, vete a otra crítica que tienes un montón.

La trama nos presenta al extraño John du Pont, heredero de un millonario imperio que pasó su vida coleccionando objetos y obsesionado con ser alguien dentro del deporte profesional. Como no era demasiado bueno pero le sobraba pasta, creó un gimnasio en su finca y financió el programa de lucha para los atletas norteamericanos en los ochenta. El argumento se centra en su extraña relación con los hermanos Dave y Mark Schultz, medallistas que contrató para dirigir sus entrenamientos y con los que tuvo sus altibajos hasta que metió a uno tres balazos.

El caso, como podéis imaginar, conmocionó a la sociedad de la época. Benefactor local se carga a campeón olímpico, como titular es oro puro. Indagando un poco más en el asunto a raíz de ver la película, encuentro que el trabajo de Miller, y de los guionistas E. Max Frye y Dan Futterman, tiene sus luces y sombras. Por un lado, es innegable la atmósfera embaucadora y podrida que consiguen, sin darte cuenta te lleva a su terreno mientras te hace sentir que nada va realmente bien. En este aspecto funciona de maravilla pero, en cuanto a lo narrado, denota cierta desgana o falta de valor.

Entrenador con piquito
Puede que sus virtudes formales se deban en parte a esa poca profundidad planteada, pero no mojarse en cuanto a las verdaderas intenciones del protagonista, algo que el espectador se está temiendo en todo momento, es un poco cobarde. Porque seamos claros, tiene toda la pinta de que du Pont, retorcido, enfermo y misántropo, lo que quería era beneficiarse a chavales que fuesen a entrenar a su casa y terminó obsesionado con los hermanos Schultz, que no tenían pinta de dejarse querer. Además también se olvidan de una parte del suceso que me ha resultado interesante al informarme: tras el incidente, el asustado millonario se encerró en su mansión y la policía negoció con él durante dos días hasta que consiguieron detenerle cortando la energía para dejarle sin calefacción. De eso nada de nada en la peli.

Aquí se huelen lo peor
Steve Carrell demuestra que es mucho más que un cómico sublime. Maquillado como si fuese a hacer su propia versión en imagen real de Gru, se come la pantalla con su pausada presencia. A su lado otros dos actores haciendo también uno de los mejores trabajos de su carrera. Tanto Channing Tatum como Mark Ruffalo tienen bastante de qué arrepentirse en el pasado pero mucho de lo que presumir en el presente. Ambos están perfectos y cuando comparten plano se ayudan y mejoran el uno al otro. Hay una escena en la que vemos a un Tatum desatado siendo frenado por Ruffalo que merece el precio íntegro de la entrada.

Una cinta interesante sobre una historia extraña. Tres interpretaciones a subrayar en un relato oscuro y real que no va mucho más allá de su propio cuento. No es una de las mejores películas del año y, como tal, no creo que merezca algunos de los honores a los que aspira, pero el pulso de Miller para meternos en historias que, de entrada, no apetecen es innegable.

Gru se vuelve oscuro
Aqui el trailer. La curva de la carrera de Tatum es ahora mismo el Everest. Un 7.

2 comentarios:

  1. Nariz, nariz, nariz, nariz, nariz. Es gay? No se sabe. Nariz, nariz, nariz.
    Esta debería haber sido la crítica de todo el mundo.

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    1. Detrás de la nariz lo hace bien te pongas como te pongas.

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