28/8/15

Cuatro Fantásticos (Fantastic Four)

Cuatro Fantásticos (Fantastic Four), estos lodos.

La Cosa se pone fea
Remontémonos a los antecedentes, aquella época en la que Marvel no tenía planes más allá de las viñetas y vendía sin demasiados remilgos los derechos de explotación cinematográfica de sus personajes. Eran los años ochenta y, entre fiesta y fiesta, un tipo llamado Bernd Eichinger consiguió engatusar a Stan Lee para que intercediese por él y fuese el honorable poseedor de la Primera Familia en el sector audiovisual. Recordemos que en ese momento se estaba estrenando la primera cinta basada en una creación de la compañía, Howard... un nuevo héroe, y todo andaba un poco patas arriba.

Los años pasaron y a finales de 1993, cuando ese papelito firmado iba a expirar si no se utilizaba de una vez, el bueno de Eichinger se puso en contacto con Roger Corman, el mago de la Serie B, y le encargó la producción de una cinta con los protas marvelitas. Con un presupuesto ínfimo y tras dos meses de preparativos, que en términos cinematográficos viene a ser un finde, comenzaron los 25 días de rodaje. El resultado fue The Fantastic Four, una cinta horripilante y maravillosa que puedes ver gratis aquí si te reúnes con amigos y alcohol. Nunca se estrenó y, según parece, desde su concepción esa fue la idea de sus responsables. Sólo se hizo porque había que hacerla pero al menos ha dado pie al prometedor documental Doomed: The Untold Story of Roger Corman's the Fantastic Four.

Años después, y ya con Fox al mando del cotarro sacando buen partido al mundo de las viñetas con las geniales X-Men y X-Men 2, decidió que era hora de explotar otra franquicia aprovechando el tirón del trepamuros de Sony. El estreno de Los cuatro fantásticos de 2005 no convenció a nadie y su secuela, Los 4 fantásticos y Silver Surfer, hasta mosqueó a muchos. Eran alegres y coloridas, pero tan tontas y mediocres que pronto entraron en la estantería de fiascos junto a Daredevil y Elektra, todavía más lamentables, al menos bajo mi punto de vista.

Aquí el estirao'
Tras algún quítame-allá-esos-derechos, Fox dejó pasar el tiempo. Tanto fue así, que en 2014 se dieron cuenta de que Marvel ahora era una empresa todopoderosa, empujada por la aun más omnipotente Disney, y que estaba dispuesta a todo con tal de recuperar lo que nunca debió vender. En un acto de chulería digna de una subtrama de temporada completa en El séquito, prefirieron poner en marcha la producción de una nueva cinta con el reloj en contra y sin ideas que convenciesen a nadie. Así, ficharon a la primera joven promesa indie con la que se toparon, Josh Trank, que acababa de petarlo con Chronicle, y le encasquetaron el marrón.

El joven se sacó de la manga una historia de orígenes de personajes en la que aparecía mucha gente. Había tres grande villanos, mucha escena de acción en construcciones complejas y mucha pasta que invertir. En ese momento entró en juego la figura de Simon Kinberg, uno de esos productores que se cree la mezcla perfecta entre Joss Whedon y Kevin Feige pero no tiene ni el conocimiento comiquero del primero ni la capacidad de planificación del segundo. De un plumazo, se cargó gran parte del libreto original, especialmente lo más caro, y empezó su guerra personal contra Trank. El director, viendo cómo todo lo que le habían dicho que podría pasar al fichar por una grande estaba pasando, se vino abajo. Las discusiones con el equipo eran constantes, tanto técnicos como diferentes intérpretes terminaron echando pestes sobre el jefe en plató. Mientras, este veía cómo Kinberg se cargaba su proyecto de presentación al gran público. La relación de Trank con Miles Teller, actor principal y otro con el que tampoco parece ser demasiado fácil trabajar, terminó poniendo en peligro la producción en sí misma.

De un modo u otro, lograron terminar. Con el guión recortado, Trank hizo lo que pudo y entregó al estudio estudio una versión que duraba cincuenta minutos más de lo que finalmente se ha estrenado. Kinberg, seguramente endiosado por la posición a la que ha llegado pese ha demostrar en repetidas ocasiones que no sabe lo que está haciendo con su vida, entró en cólera y dijo públicamente que la cinta era bochornosa, que el director no volvería a trabajar para la empresa y que en unos meses se rodarían nuevas escenas para probar un nuevo montaje. Días después la cosa se calmó y oficialmente fue Trank el encargado de rodar el material nuevo, y digo oficialmente porque en los mentideros se dice que fue Matthew Vaughn quien ocupó las labores del por entonces rebotado realizador.

Mirando la que cae de Rotten Tomatoes
Meses después, con la fecha del estreno aplazada una vez más para no coincidir con Jurassic World, Del revés y Ted 2 pero aterrizando sin suerte entre Misión: Imposible - Nación secreta y Operación U.N.C.L.E., la polémica no paraba de crecer con salidas de tono de sus protagonistas durante la promoción, ya digo que Miles Teller es complicadete, y con unas primeras críticas devastadoras. La guinda fue un tweet publicado y borrado al instante por Trank, pero guardado por miles de sus seguidores, donde, recordemos que en el momento más importante de la promoción de su película, escribió: "Hace un año tenía una versión fantástica de esto. Y habría recibido grandes críticas. Probablemente nunca la veáis. Pero esa es la realidad."

Después de todo esto, el resultado es el que debía ser, un desastre. Tras una prometedora introducción de unos quince minutos que, aun plagada de diálogos forzados y errores, convence como planteamiento de su versión de los cuatro protas, se llega a una nueva presentación de personajes de media hora que ya no cuela. En ese momento, con los superpoderes por fin en escena, se frena todo durante otros treinta minutos para seguir prometiendo algo que resulta ser la lucha final más ridícula de una supuesta gran inversión de un estudio en años. Y ya, por fin, se termina.

Explicado todo esto y valorando la cinta bajo mi criterio, siempre subjetivo, debo reconocer que a la hora de buscar culpables, encuentro a Kinberg responsable únicamente de hacer que Cuatro Fantásticos sea aun peor. No confío en que el proyecto inicial de Trank, que se puede adivinar entre lo visto y la información filtrada, fuese mucho mejor que el resultado final. En definitiva, si a nadie de los involucrados en llevar al cine una historia nacida en los tebeos le importa lo más mínimo el universo creado hasta el momento por multitud de artistas, como enmendado la plana a esos frikis que leen dibujos, lo normal es que te salga un truño que no encaje ni en tu mundo ni en el que pretendes conquistar.

Buscando en InfoJobs otros papeles en franquicias heróicas
Aquí el trailer. Que las garras de Kinberg se alejen definitivamente de las de Singer por favor, que X-Men: Apocalipsis tiene que cerrar una trilogía perfecta. Un 4.

1 comentario:

  1. Yo me tiro pedos mejores que el casting de esta película.

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