Hoy he visto
No Habrá Paz para los Malvados, una de borrachines pendencieros, traficantes con buenos abogados y procesos judiciales fallidos.
Enrique Urbizu se pasa al negro. Buen cine oscuro y sucio con baretos de mala muerte y cubatas de ron con escasa Coca-Cola. El ritmo pausado y constante es exactamente el que parece necesitar su genial protagonista. Los escasos diálogos, las silenciosas revisiones de escenarios y la mala leche reinante hace de
No Habrá Paz para los Malvados una pequeña joya del cine negro.
La trama persigue a Santos Trinidad, un poli cincuentón y malencarado que se deja el sueldo en los bares. Un antiguo incidente lo relegó al departamento de desaparecidos donde ni quiere ni debería estar. Por esto, o por muchas otras razones, Santos llega a verse implicado en un triple asesinato en un club de carretera y con testigo fugado incluido. En ese momento empezará una carrera por encontrar y eliminar ese cabo suelto antes de que sus compañeros resuelvan el caso. Lo malo es cuando tanto él como la juez que estudia el crimen, descubren en qué estaban metidos las victimas de la noche loca de Santos.
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Coronado ya no toma yogur |
José Coronado ya había demostrado en
La Caja 507 que era mucho más que
el tío de los yogures. Por si fuese poco, fue capaz de sobrecogernos con su enigmático y elegante hermano guaperas de
La Vida Mancha. Ahora retoma el carácter malévolo de
La Caja 507 pero, como
Urbizu, lo completa y oscurece de manera magistral. El personaje está hecho para él. La caracterización es sublime y su presencia es tan imponente que realmente gana cuando calla.
Urbizu transforma Madrid en una ciudad carcomida y peligrosa donde sus cuatro rascacielos rompen cualquier paisaje y sirven como testigos de lo más corrupto del mundo. Sus habitantes tienen secretos y solo los que se dejan llevar por sus emociones, o por el alcohol, pueden llegar a solucionar lo que ni la mejor juez podría. Un funcionario despistado, o un soborno a tiempo, son solo la punta de un iceberg que puede desquebrajarse en cualquier momento.
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Volverás a confiar en Torrente |
Por ponerle alguna pega, el montaje final no me convenció. El último minuto de la peli me pareció un poco forzado siendo mucho más ponente la imagen anterior y con la que podría haber terminado la película de un modo magistral. Aun así ya digo que es por decir algo negativo que siempre gusta y sube las visitas. Sois malas personas.
En resumen, un trabajo sensacional de
Enrique Urbizu y una potentísima actuación de
José Coronado. Los fans del género que pasen por caja que merece la pena.
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Madrid, ciudad del pecado
Aquí el tráiler. A los que les gustó La Caja 507, esta es como verla con la luz apagada. Desde luego no llega a la perfección oscura y silenciosa de Melville pero el camino es interesante. Un 8. |
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