Hoy he visto
Another Year, una de ver pasar la vida sentaditos, con una manta y con un vaso de vino.
Mike Leigh dirige y escribe esta película que resulta ser perfecta para críticos y culturetas. Para los críticos es buena porque está muy bien rodada, cuenta una historia realista y melancólica y las interpretaciones son geniales. Para los culturetas es buena porque le gusta a los críticos y porque en dos horas no ocurre casi nada y no te pierdes mucho mientras vas a la cocina a por otra botella de tinto.
La historia acompaña a una pareja de orgullosos sesentañeros a lo largo de un año cualquiera. Tienen un hijo al que adoran pero ven poco, una amiga soltera a la que tienen aprecio pero ven demasiado y unos trabajos tranquilos que les permiten compartir tiempo libre en un pequeño huerto. El resto de la película son los inevitables acontecimientos que van ocurriendo en la vida. Una comida con amigos, una triste perdida, algún pequeño roce familiar y vuelta a empezar otro año tranquilo.
Los protagonistas son
Ruth Sheen, absolutamente comprensiva y encantadora, y
Jim Broadbent, tierno y generoso. Sus actuaciones son tan perfectas que apetece ir a su casa a pasar un fin de semana con esa gente tan simpática.
Lesley Manville hace de amiga plasta y lo debe hacer muy bien porque me pone de los nervios.
Oliver Maltman es el hijo de la pareja protagonista y completan el reparto
David Bradley,
Peter Wight y la genial
Imelda Staunton en un pequeño papel.
Como he dicho, técnicamente está muy bien rodada, las interpretaciones son perfectas y la sensación al salir de ver la película es positiva. PERO, no puedo ponerle la misma nota que los críticos más conservadores. Realmente no cuenta nada, es simplemente un resumen de un año normal y corriente y, vale, no tengo ningún problema con este tipo de cine, pero es que los gafapastas de turno la catalogan como un 9 y yo creo que es una peli mucho más humilde.
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