Hoy he visto
Argo, una de iraníes violentos, americanos con
bigote y el cine en otros planetas.
Tercera película y tercera vez que toda la crítica subraya
una frase en sus críticas:
Ben Affleck es mejor director que actor. Es cierto
que todo el mundo le tiene cierta tirria por ser el amigo sin talento de
Matt Damon o el hermano del verdadero interprete de la familia,
Casey Affleck, pero
la verdad es que su carrera como realizador se está asentando de manera
espectacular. Su debut con la oscura
Adiós Pequeña, Adiós supuso una sorpresa
para la crítica.
The Town. Ciudad de Ladrones, pese a ser algo menos
interesante, demostró su pulso para manejar alguna que otra escena de acción y
mantener el ritmo de un thriller callejero y con trasfondo. Con
Argo,
Affleck se
muestra como un director solvente capaz de contar una historia real al más puro
estilo mainstream.
|
Ben repasando unas fotos de bigotes |
La trama nos sitúa en Irán durante la llamada
crisis de los rehenes, cuando
Jomeini se hizo con el poder y mandó a los estudiantes a la
embajada americana. Los trabajadores del edificio serían prisioneros durante
más de un año pero, en mitad de la revuelta inicial, seis americanos escaparon
y se refugiaron en la embajada canadiense. Oficialmente, allí recibieron pasaportes
falsos y consiguieron salir del país pero en los noventa,
Clinton
desclasificó el informe donde se cuenta como un agente de la
CIA se hizo pasar
por productor de cine y sacó a los americanos como si fuesen parte de
su equipo de localizaciones.
Ben Affleck se ha reservado a sí mismo el puesto de
protagonista, el tipo que se juega el cuello por seis personas que no conoce.
Lo cierto es que está bastante comedido y podría decirse que hasta aceptable,
pero se gusta tanto que pierde mucho el tiempo regalándose primeros planos continuamente.
John Goodman hace de
John Chambers, ganador de un Oscar por
el maquillaje de
El Planeta de los Simios y colaborador real con el gobierno en
esta intriga de alta inteligencia. Forma pareja con
Alan Arkin, un supuesto
productor de la época que les ayudará a gestar la película falsa, y juntos
hacen un dúo perfecto.
No podía faltar
Bryan Cranston así que aquí le ponen pelo y
hace de superior del prota en la agencia.
Clea DuVall es una de las
secuestradas y pese a que todos están muy bien, destaco a
DuVall porque era
Sofie en
Carnivàle y porque me da la gana. Y ya que estoy con los caprichos
personales, el genial
Michael Parks hace un pequeño cameo como
Jack Kirby, el
mítico dibujante de la
Marvel que reamente participó realizando storyboards para
la película que nunca existió. Puede que este guiño sea solo para pedir perdón por lo de
Daredevil.
El ritmo que consiguen
Affleck y el guionista
Chris Terrio es el punto fuerte de la
película. La mezcla de dramatismo y suave comedia envuelve la película en un
paquete perfecto para disfrutar sin ansias políticas, pero es el clímax final
lo que hace de
Argo una obra realmente interesante. Las docenas de referencias
cinematográficas terminan de redondear el resultado, al menos a los fanáticos
del séptimo arte y su historia como un servidor.
Otro detalle a destacar es ese aire ochentero conseguido gracias al acertado vestuario y maquillaje y a la insistencia del dire en rodar y montar la película con celuloide, cortando y pegando a la viaja usanza. Esto confiere un granulado en la imagen muy reconocible y una presencia apetecible.
La banda sonora de
Alexandre Desplat es correcta pero
exageradamente sutil. No termina de salir de los tonos orientales, puede que
esperase algo más del francés pero realmente solo sobresale cuando le deja
Wes Anderson.
Argo, o "Lord of Light" como realmente se llamó la falsa
película, sabe contar una historia difícil adaptada al gran público. Da lo
justo de realidad, su punto final de tensión y la pizca de comedia necesaria
para que, si no quieres hacer una película profunda y política, te salga algo
que merezca la pena y recaude dinero. Una lección de cómo tomarse las licencias
poéticas necesarias para contar una buena historia y no caer en la cursilería y
el petardo. Viniendo del protagonista de
Pearl Harbor, lección aprendida
Ben.
|
Si no sale Cranston, no es una peli de este año |
Aquí el
tráiler. Si queréis ver algo más serio tenéis
Munich,
Syriana o incluso
Persépolis para aprender más sobre los cambios morales en oriente próximo. Esta gustará un poquito menos a la crítica y bastante más al
público. Un 7’75.