Hoy he visto
Un Plan Perfecto (Gambit), una de
sofisticados planes con atractivas paletas.
La trama nos cuenta el elaborado plan de un estirado inglés
experto en arte que pretende estafar a su jefe endosándole un Monet falso. Para
ello, contará con la ayuda de una texana que terminará robando el corazón de
todos al estilo Hollywood.
El protagonista es un descentrado
Colin Firth que no
encuentra su lugar en la película. No es culpa suya, el error viene del guión y del departamento de casting. En un papel indefinido que termina siendo una mezcla irreal de
David Niven y
Peter Sellers pasando por
Mr. Bean, el pobre
Firth sufre los
cambios de tono de la película y no parece estar cómodo en ningún momento.
Cameron Diaz está tan bien de secundaria como siempre pero
tampoco termina de estar muy definida. Se la presenta como una paleta que no
tiene idea de nada para pasar a ser una chica bastante resuelta desde el
principio. Estos dos rasgos se mezclan de un modo extraño hasta el final
haciendo que nunca sepas de qué va esta tía y si realmente se está enterando de
algo o si lo tiene ella preparado. Tanto es así que supuse un giro final
inesperado con ella de protagonista que, por supuesto, no ocurrió.
Alan Rickman es posiblemente lo mejor de la película en su
papel de millonario abusón aunque ni él se salva de la inestabilidad de su
personaje. El siempre genial
Stanley Tucci corona el reparto inmerecido de este
pastiche.
Y es que insisto, la mezcla de ideas y subgéneros es el
problema. La elegancia del personaje principal se rompe constantemente con
bromas sobre tortazos. Cuando crees estar viendo un
slapstick, aparece de nuevo
el lord inglés que lleva dentro y el humor viene por el contrapunto de sus
innegables modales. De nuevo adaptados a otro tipo de comedia, aparece
tímidamente una subtrama romántica que no llega a cuajar debido a la
inexistente química entre
Colin Firth y
Cameron Diaz.
Por otro lado, y para que no sorprenda mi nota después de
tantos palos, me reí un rato. La película es entretenida de principio a fin y
su falta de ambición argumental hace que se pueda disfrutar sin rubor de una
comedia menor donde relajarse y pasar una hora y media agradable. El momento "lio de puertas" en el hotel es muy divertido.
|
Alan Rickman petándolo finamente |
No hay comentarios:
Publicar un comentario