Hoy he visto
Posesión Infernal (Evil Dead), una de sangre,
motosierras, cabañas en el bosque y homenajes.
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El cartel mola más que la peli |
No hay que engañarse, esta película es mucho más grande por
lo que tiene detrás que por lo que realmente ofrece. La historia de los dos
responsables principales de este remake es mucho más interesante y es con lo
que me apetece realmente ocupar esta reseña. Los verdaderos fanáticos del
terror ya os sabéis todo lo que voy a contar a continuación y de un modo mucho
más amplio pero seguro que lo entendéis. Si lo hago es para que algún neófito
caiga en las redes del terror más alocado y se una en nuestra cruzada contra
los demonios
kandarianos y el maldito
Necronomicón.
Sam Raimi rodó en 1978, con diecinueve años, un corto
llamado
Within the Woods (ver
aquí) donde un grupo de amigos se reunía en una
cabaña en el bosque y eran atacados por una entidad demoníaca. El resultado,
aunque casero y rodado con los colegas, se proyectó en un cine de su barrio
como adelanto de
The Rocky Horror Picture Show y esto animó a
Raimi a probar
suerte convirtiéndolo en un largometraje.
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La nueva Ash |
Así fue como decidió embaucar a
amigos y familiares para filmar con cuatro duros
Posesión Infernal en 1981. La cinta volvió a ser totalmente casera y los interpretes seguían siendo los
mismos amigos entregados, sobre todo el bueno de
Bruce Campbell que no solo era
el prota si no el chico para todo de su colega el director. Ante tal despropósito de maquillajes ridículos, árboles
violadores y sangre a cascoporro, las distribuidoras le dieron la espalda a la
película. O al menos fue así hasta que por triquiñuelas del destino se proyectó en
Cannes en la sala donde estaba sentado
Stephen King. El
novelista dijo que era “la película de terror más ferozmente original del año”,
frase que acompañaría al cartel desde entonces y ayudó a que todo buen
coleccionista de pelis en VHS de los 80 tuviese una copia.
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El soso |
Ya en 1987 y con algo más de presupuesto, aunque con el imprescindible
Campbell a la cabeza del reparto,
Raimi rodó
Terroríficamente Muertos, una secuela que era remake al mismo tiempo y donde los imposibles
planos improvisados y el alocado montaje se hacían aun más interesantes al
tener un mínimo de sentido. El humor entró en la saga entremezclándose con la
sangre y la gasolina y Ash, el protagonista, se convirtió en un autentico héroe
de culto.
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El nuevo Necronomicón |
Todo esto se afianzó en 1992 con el estreno de la
tercera parte,
El Ejército de las Tinieblas, una nueva locura repleta
de imaginación, stop motion y gags absurdos.
Raimi dejó entonces la serie B, o
Z, más desvergonzada y se unió a Hollywood aceptando retos como la trilogía de
Spider-Man o la reciente
Oz, un Mundo de Fantasía. Pero momentáneas vueltas al
terror, como la reivindicable
Arrástrame al Infierno, recordaron al gran público
que
Raimi era un director de género al fin y al cabo.
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Los ojos, qué le pasa en los ojos |
Por todo esto no es de extrañar su reacción al
ver
Ataque de Pánico! (ver
aquí), un corto realizado por
Fede Álvarez, un
uruguayo que sin presupuesto pero con imaginación, y un ordenador, destruyó las
calles de Montevideo con robots gigantes y llamó la atención de un Hollywood
ansioso por fichar a gente barata. Así fue como
Raimi decidió producir a
Álvarez un largometraje basado en su corto y le enchufó como director para el
remake que se preparaba de su propia opera prima. Si todo esto ha quedado muy
largo lo siento pero creo que la historia bien lo merece. Además, mirad que
poco abulta lo que queda de crítica.
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La Cosa del Pantano se pone rucha |
La trama de
Posesión Infernal (2013), nos presenta a cinco
chicos que se reúnen en una cabaña en el bosque para ayudar a una de ellas a
quitarse de las drogas. En el sótano encuentran un libro maldito, el mismísimo
Necronomicón. Al leerlo desatan a un demonio malísimo que los va poseyendo y
dando matarile de uno en uno y de maneras inenarrables.
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Sabes lo que tienes que hacer con eso ¿no? |
De los cinco jóvenes solo destaca
Jane Levy en el papel de
la yonki que lo pasa fatal, algo normal si te viola un demonio y quieres matar a tus
amigos. La verdad es que con el recuerdo glorificado que tenemos todos de
Bruce Campbell es de admirar que con el trabajo de
Levy estén todos los fans tan
satisfechos. No se puede decir lo mismo de
Shiloh Fernandez, absolutamente
soso, bobalicón y desesperante.
Lou Taylor Pucci,
Jessica Lucas y
Elizabeth Blackmore son simple carne de cañón.
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Sin motosierra no hay fiesta |
La fotografía es adecuada pese a elimina las locuras de
Raimi,
normal si
Álvarez quiere dar su propia firma, y consigue algunos planos para el
recuerdo. La música de
Roque Baños es acertada pero
no es más que mero acompañamiento.
La casquería y los litros de sangre empapan al espectador como se
esperaba en el tráiler, más que nada porque salvo el clímax final, con
diferencia lo mejor de la película, todos los demás momentos sanguinolentos se
han visto en los diferentes avances.
En conclusión, un inicio demasiado lento hasta
llegar al festival de la carnaza que destaca solo por la fiereza con la que
está rodado. La truculenta escena final es tan potente que sales contento de la
sala pero reconozco que me costó sonreír. No sé por que me da que todo lo malo
tiene la firma de
Diablo Cody. Ya nada acecha en el bosque, la cabaña no está
embrujada y el mal no te persigue allá donde corras.
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Ese coche me suena... |
Aquí el
tráiler. Los que habéis visto las originales os recomiendo aguantar hasta el final de los títulos de crédito. Además saber que, con el subidón de este homenaje,
Raimi se ha venido arriba y ha anunciado su intención de producir
Evil Dead 4. Una
horda ingente de fanáticos sonreímos ansiosos. 6’75.
Te has pasado con lo de que la música de Baños es mero acompañamiento. Estamos probablemente ante la mejor banda sonora de todo el año 2013. Cualquiera que haya oido con un poco de detenimiento sabra que lo que digo es verdad. De hecho la música está infinitamente por encima en calidad respecto a la película
ResponderEliminar¿Mejor banda sonora de 2013? Uff, no puedo estar de acuerdo. Escuché con mucho detenimiento, no solo junto a la película, si no después en casa, y no son más que repuntes para las imágenes muy conseguidos y oscuros. Insisto en que me parece acertada pero no es de esas con las que disfrutar sin la peli. Creo que pasa con la mayoría de las de Roque Baños, no he oído una mala pero tampoco recuerdo tener ganas de ponérmelas una y otra vez.
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