16/7/13

Antes del Anochecer (Before Midnight)

Hoy he visto Antes del Anochecer (Before Midnight), una sobre el amor tras el deseo, la idealización y el paso del tiempo.

Ahora en Grecia, anda que no saben
Para los que anden un poco perdidos, esto es una tercera parte. En 1995 Richard Linklater dirigió Antes de Amanecer, una película sobre un estadounidense y una francesa que vivían una mágica jornada en Viena que les unía para siempre justo antes de separarse. Nueve años después, los personajes volvería a verse en París en Antes del Atardecer, un encuentro hipnotizante que terminaría de atar sus vidas aunque el espectador no tuviese la certeza de ello. Pasados otros nueve años, tenemos la suerte de volver a toparnos con Celine y Jesse, esta vez en Grecia, y descubrir como evoluciona su verborreica relación.

Del romanticismo y pasión de la primera y la afilada pero positiva segunda parte, pasamos a un capítulo aplastantemente realista. Ethan Hawke y Julie Delpy están, si es que era posible, aun más creíbles e inspirados que en Antes del Atardecer. El trabajo de los intérpretes junto con el de Linklater, todos guionistas de esta historia, ha sabido encontrar el camino a seguir para engatusar a todos aquellos que están creciendo con estos personajes o que se los van a encontrar en algún momento de sus vidas.

Conversación pura y dura
El problema de tratar el choque entre la pasión del romanticismo puro y la monotonía del paso del tiempo, es que sus personajes se conocen mejor. Por esto las conversaciones tienen que estar adornadas con intervenciones de terceros o directamente centradas en su relación. Esto hace que entren en escena personajes que podrían eliminar la originalidad que permitía pensar en esta historia con solo dos únicos participantes.

Con niñas de regalo
Aun así a Linklater no se le va la mano y convierte este problema en algo interesante, al menos la mayoría de las veces. No me termina de convencer la cena con diferentes comensales donde cada uno representa una faceta temporal diferente del amor y el resultado es algo forzado. Por otro lado, la inclusión al inicio del hijo, añade la faceta paternal y enriquece aun más a los protagonistas.

La discusión final
Pero si hay algo acertado es el último tercio. Una discusión en una habitación dónde se pone de manifiesto la verdadera crudeza y aplastante veracidad de este cuento romántico que no pretende engañar a nadie. En ese momento, el genio de Linklater, Hawke y Delpy trabaja al máximo para regalarnos una escena absolutamente magistral, compleja y punzante. Solo con el cambio de escenario, un hermoso epílogo que funciona como metáfora de lo que supone esta trilogía/saga, el espectador puede volver a respirar y pensar que, como en la película, las situaciones amorosas más duras y reales pueden allanarse si te queda algo de magia de ese primer encuentro.

Hasta dentro de nueve años
Aquí el tráiler. Si tengo que comparar, siempre pensaré en Lost in Translation cuando de relaciones fortuitas se trate pero, con este tercer encuentro, la historia se hace mayor. Espero que en 2022 podamos seguir disfrutando de este cine. Un 7’5.

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