Kon-Tiki

Hoy he visto Kon-Tiki, una de aventureros, locura y empecinamiento.

Con este cartel lo normal es que paséis

Película noruega que estuvo nominada al Oscar la pasada edición en la sección de habla no inglesa. Hay que reconocer que la temática no puede ser más interesante y que da gusto cuando un país dedica homenajes de este calado a sus verdaderos héroes nacionales.

En 1947, el aventurero Thor Heyerdahl, decidió demostrar que era posible que los sudamericanos hubiesen colonizado Polinesia en tiempos precolombinos. Para ello, realizó el viaje él mismo sobre un barco construido enteramente con los materiales y técnicas con los que podrían haber contado esos primeros exploradores. Engañó a algunos amigos y mecenas y subió a bordo unas cámaras de video. El resultado fue un peligroso viaje por el Pacífico de 101 días y un documental magnífico, llamado Kon-Tiki, que se llevó en Oscar en 1950.

De picoteo

Esta película es la recreación de esa aventura, con un prólogo algo innecesario sobre la vida de Heyerdahl pero centrada en esa arriesgada aventura por el océano.

Pål Sverre Hagen interpreta al aventurero noruego de un modo algo errático. Supongo que pretendía ir modificando su conducta según avanzara el viaje pero sus cambios de humor, de aislamiento meditabundo a preocupación infantil, marean más que las olas. Sus compañeros de viaje están algo mejor, especialmente Tobias Santelmann.

No sé hasta que punto es seguro esto

La película convence, entretiene y ensalza al héroe sin dejar de mostrar alguna sombra. Hay escenas de la navegación que son emocionantes y hasta imprescindibles. Sin embargo, en conjunto, la falta de presupuesto, supongo, termina haciendo meya y el espectador puede quedarse con ganas de una aventura que no termina de transmitir todo lo que debería. La sensación final es de historia sin clímax, con final a la americana y la necesidad imperiosa de más travesía.

¡Un bañete!

Aquí el tráiler. Una vez avisados de que puede ser floja,  es una película absolutamente recomendable, más aun si se completa con el visionado del Kon-Tiki original. Un 6’75.