22/9/13

La Gran Familia Española

Hoy he visto La Gran Familia Española, una de reencuentros, bodas y mundiales.

El título y la tipografía no le hacen ningún favor
Los críticos fijaron su atención en Daniel Sánchez Arévalo desde su debut con Azuloscurocasinegro. El público tardó un poco más pero el éxito de Primos le ha servido para ser uno de esos directores a los que seguir la pista de cerca. Con el estreno de su cuarto trabajo, el director se afianza en esa comedia con tanto trasfondo que está a punto de convertirse en drama, esa que te hace pensar en lo que estás viendo hasta que desvía la atención con una gracieta para quitarle hierro al asunto.

La trama nos sitúa en el día de la final del mundial en el que España se sintió salir de la crisis. Ese es el día elegido por una joven pareja para casarse y también el del padre del novio para ponerse regular y atrasar momentáneamente el enlace. Así, con los invitados viendo el partido mientras esperan que la boda continúe, somos testigos de los encuentros familiares que ha propiciado la ceremonia y de los problemas que eso conlleva.

Mira que majos
El trio de jóvenes protagonistas, Patrick Criado, Arantxa Martí y Sandra Martín, resulta irregular. Los tres tienen momentos que convencen plenamente pero a ratos sus diálogos parecen algo forzados. Una vez dado este pequeño palo, decir que una de las cualidades que más destacan de Sánchez Arévalo es su capacidad para sacar el mayor rendimiento a sus interpretes y el exquisito gusto de su departamento de casting. Gracias a esto volvemos a disfrutar de Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez en papeles interesantes que parecen escritos a su medida. A estas dos piezas fundamentales se une esta vez Roberto Álamo en la interpretación más interesante de su carrera. El resto del reparto lo completan de manera sobradamente efectiva Verónica Echegui, Héctor Colomé, Miquel Fernández y la divertida Sandy Gilberte. Mención especial merece el casi cameo de Raúl Arévalo que con tres intervenciones y sin decir nada casi queda con la película.

Ese bodorrio guapo
El tempo es más o menos regular y, aunque cuesta algo meterse en faena, termina resultando fácil disfrutar de la historia. Parte de las irregularidades se deben a varias elipsis musicales que aderezan el metraje. Algunas están realmente conseguidas y llegan a recordar al Wes Anderson más inspirado. Otras no convencen debido a un montaje algo indeciso y alargado y a la mala suerte de coincidir musicalmente con el tema de una compañía telefónica. La secuencia clave, el clímax con Iniesta como telón de fondo, es una de las que falla y puede dejar algo cojo el resultado final.

La extraña pareja
Pese a estas pegas de crítico trasnochado, la película resulta tremendamente entretenida y divertida y emotiva a partes iguales. Los personajes están bien escritos y las diferentes historias son dignas de conocer. Un placer volver a disfrutar de Daniel Sánchez Arévalo y una alegría reafirmar que vuelvo a esperar con ganas su siguiente trabajo.

De relax
Aquí el tráiler. No esperéis la comedia de fútbol que vende su promoción pero si os gustó Primos es difícil que esta no os convenza. 6’75.

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