Hoy he visto
El Camino de Vuelta (The Way Way Back), una de
padrastros reguleros, vecinas plastas y parques acuáticos.
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Ese cartel buenrollero |
Puede que este año haya llegado demasiado pronto y se
encuentre con algún contrincante en el camino pero, sea como sea, esta película
es la comedia más o menos independiente que cada año se asoma a los Oscar. Sus
responsables,
Nat Faxon y
Jim Rash, saben como encauzar estas historias, ya lo
hicieron con su guión de
Los Descendientes, y ahora se atreven también con la
dirección.
El argumento se centra en Duncan, un chico de catorce años
que se ve obligado a pasar las vacaciones de verano en la casa de la playa del
novio de su madre. El chaval es introvertido y marginal y enseguida hace que
todos los vecinos y fauna del lugar le dejen de lado. Un día hace migas con el
jefe de un parque acuático y allí, rodeado de gente molona que no conoce,
conseguirá disfrutar un poco de su existencia.
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Pasándolo pirata |
Liam James es el encorvado protagonista y logra no resultar
cansino. El mundo que le rodea puede no ser tan deprimente como él lo ve pero
no resulta difícil conectar con su aislamiento.
Toni Collette será el pilar
familiar al que agarrarse justo antes de descubrir que se está tambaleando. La
culpa, en parte, es de
Steve Carell, padre sustituto que ayuda a que el chico
se odie aun más.
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Qué padres estos |
En el lado positivo está el alocado
Sam Rockwell como nuevo
mejor amigo y jefe del prota en su inesperado trabajo de verano.
Rockwell se
queda rápidamente con el público gracias a su exagerado personaje y al ancla
que supone
Maya Rudolph. La relación entre estos dos no termina de explotarse
pero supongo que era necesaria para que él no fuese un Jack
Sparrow sobreactuado.
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Currar molando no es currar |
El resto del reparto funciona igual de bien, desde la vecina
plasta al resto de empleados socorristas, dos de ellos interpretados por los
directores de la peli. Con este apartado solucionado, la trama se deja llevar
por sus personajes y salva así una historia que no solo ya hemos visto en
muchas ocasiones, si no que realmente no tiene más profundidad de la que
trasmite el propio trailer. Este puede ser el principal inconveniente, todo lo
que ofrece se espera desde que ves el cartel. Es tan neutra en ciertos momentos
que las locuras de
Sam Rockwell terminan siendo desesperadamente necesarias.
Respecto a la banda sonora, más de lo mismo. Los iPod de
toda una generación de guionistas están cargados de listas personales de reproducción del mismo pop
rock que, a mis bastos oídos, terminan sonando absolutamente igual. Ni
INXS me ha salvado esta vez.
En conclusión, esa peli indie que hay que ver y que rara vez
bajan del bien pero pocas llegan con derecho propio al notable. Una cinta entretenida
y con momentos tiernos y divertidos pero no sé hasta qué punto
inolvidables.
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Aun no lo parezca, los dos del centro son los directores/guionistas |
Aquí el
trailer. Una mezcla entre
Adventureland y
Los Descendientes que, aunque con gracia, no llega al nivel de ninguna de las dos. Un 6’75.
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