Ven conmigo, ya verás qué bien |
En el 76 Brian De Palma estrenó Carrie adaptando el best
seller de Stephen King. La peli gustó y claro, en los tiempos que corren tocaba
volver a rodarla. La desgana ha hecho que sea Lawrence D. Cohen, responsable
del primer guión, el que esté también detrás de este junto con Roberto Aguirre-Sacasa. Gracias a esto tenemos de nuevo la misma historia y estructura sin
ser alterada un ápice. Unos móviles por aquí, internet por allá y ya tenemos la
revisión actual contada exactamente del mismo modo no sea que alguien se
sorprenda con algo.
La trama, para los despistados, nos presenta a Carrie White,
una chica solitaria que sufre todo tipo de burlas de sus compañeras de clase.
Cuando llega a casa la situación no mejora demasiado, su madre es una retorcida
ultra religiosa que impide a la adolescente crecer con normalidad. Todo se
enrarece cuando Carrie descubre que ella no es como lo demás y empieza a
sacarle provecho.
Y los muchachos del barrio le llamaban loca |
Julianne Moore es la madre insoportable y lo hace muy bien
porque realmente no hay quien la aguante. Y un poco eso pasa con casi todos los
personajes de esta película, desde las compañeras de clase hasta el director de
instituto pasando por el novio de alguna perra engreída, aquí todo el mundo
resulta demasiado malvado porque sí. Todo lo que rodea a la protagonista es tan
horrible que lo raro es el follón no pasase antes.
Y poco más quiero aclara porque no hace falta. La banda
sonora es simple, la fotografía funcional y nada parece transmitir otra cosa
que no sea la necesidad de acabar pronto para que pasemos por caja y a por la
siguiente.
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