Jack Ryan: Operación Sombra (Jack Ryan: Shadow Recruit), una
de servicios de inteligencia, villanos empresariales y acción de usar y tirar.
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El analista que reparte leña |
Quinta película con el Dr. Ryan como protagonista, cuarto
actor que lo interpreta, tercera cronología, segundo reboot y primera que no se
basa directamente en una novela de
Tom Clancy. Toma ya. El guión, originalmente de
Adam Cozad, es uno de esos proyectos que rondan de despacho en despacho hasta que
alguien, un lince, decide que tiene salida si el protagonista se llama como el
analista de la CIA que se mete en líos. Así fue como hicieron que
Cozad
cambiase aquí y allá su libreto para incluir unas cuantas referencias al mundo
de
Clancy y listo, otra peli para servir, digerir y olvidar. Ni el repaso de
David Koepp ha servido para que esto tenga verdadera enjundia.
La trama, a modo de "Ryan Begins", nos muestra en un prólogo
el accidente en helicóptero que marcará gran parte de la personalidad del
agente. Tras su dura recuperación, es contactado por la CIA y encargado
de vigilar diferentes operaciones bursátiles. Tras unas irregularidades, viaja
a Moscú a realizar una auditoría a un tipo escurridizo y claro, se lía.
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Arréglate un poco hijo |
Chris Pine olvida la gracia que consiguió darle a su Kirk de
Star Trek y muestra una falta de carisma preocupante.
Kevin Costner no está mal
como contacto gubernamental y podría llegar a ser un buen mentor, en el
hipotético caso de que esta franquicia siga desde aquí.
Keira Knightley
interpreta la primera mitad de la película como el mero adorno que suponía la
pareja del prota en las anteriores pero claro, estamos en la época de la
paridad, así que termina formando parte del plan e incluso resuelve porque sí
una incógnita del complot maléfico.
El antagonista es
Kenneth Branagh y no solo eso si no que ha
sido el encargado de la dirección. Digo lo mismo de siempre,
Branagh es como
Affleck pero al revés, mejor delante de la cámara que detrás. No consigue
solventar las inconsistencias del guión y hay escenas de acción realmente
malas. En cuanto a su interpretación, supongo que me ha convencido de lo tonta
que es. En momentos parece tan villano de comic que no puede no gustarme.
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Boom, estás muerto |
La trama está llena de sinsentidos y situaciones para el
olvido. El plan de los malos no termina de asustar porque pretenden una segunda
gran depresión, como si no estuviésemos viviendo ya una, pero es el de los
buenos el que resulta absurdo. Mezclan una imposible sofisticación con ideas
peregrinas amparadas todas en la pura suerte. Esa mezcolanza desconcierta
durante toda la segunda mitad de la película.
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El amor |
En cuanto a la banda sonora, es simple acompañamiento y de ser otra
película no diría nada, pero teniendo en cuenta que sus predecesoras han tenido
a tres leyendas a los mandos como
Basil Poledouris,
James Horner y
Jerry Goldsmith, ha sido una decepción toparme con el insípido
Patrick Doyle.
Y ya que hablamos de las anteriores, voy a poner una lista
para que los despistados sepan dónde encontrar a Jack Ryan y, según la notas
que dicta mi criterio, qué deberían ver y qué pueden perderse.
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La morritos se asusta |
Aquí el
trailer. Que necesiten poner el nombre en el título
ya era mala señal. Cómo echo de menos esa acción añeja con tramas molonas, incluso la de los 90. Un 5’5.
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