Rápido, antes de que os digan que es buena |
La trama, firmada por Bob Nelson, nos cuenta cómo un aciano
recibe una carta de publicidad en la que le prometen un millón de dólares si va
a una oficina a reclamar su premio. Su hijo, desesperado por no hacerle entrar
en razón, decide acompañar al empecinado protagonista para terminar con sus intentos de fuga.
Nada más |
Will Forte, famoso para nos seguidores de los últimos años de Saturday Night Live, no se queda atrás y se convierte en el guía de viaje perfecto. Pausado,
desesperdado por conseguir algo de su padre, su cara en el asiento del copiloto
al final resume de un modo sin igual toda la fuerza de su personaje.
Esos primos gordos |
El resto del reparto está seleccionado con el mismo mimo y
acierto, pero son estos cuatro personajes los que consiguen que todo sea de
verdad. Cuando están juntos, con Dern mirando al infinito, Forte aguantando el
chaparrón, Squibb dirigiendo la conversación y Odenkirk escudado tras la madre,
su realidad traspasa la pantalla.
La fotografía en blanco y negro, lejos de resultar forzada y
artificialmente embellecedora, consigue sacar del paisaje interior americano
todo lo que necesita. Los personajes parecen creados para el blanco y negro y,
una vez vista, es imposible imaginarse esta historia de otro modo.
Visitando el pasado |
Todo esto hace de Nebraska una película que pareciendo menor,
no lo es en absoluto. La comedia aparece en el tuétano del drama y es ahí
cuando sabes que esto es cine puro, olvidando que el mejor truco del medio es
precisamente que todo es falso. Tierna, divertida y conmovedora, es la
mejor película de casi todos los que han participado en ella y uno de esos títulos
que puedes recomendar sabiendo que si no gusta, es culpa del que la vea.
Estos momentos son impagables |
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