Ocho Apellidos Vascos

Ocho Apellidos Vascos, una de choque cultural por enamoramiento repentino.

Con lo bien que podría estar

Esta película tendría que haber sido una historia de amor que usara el contexto para divertir. Y eso parece intentar desesperadamente pero no consigue funcionar. El guión de Borja Cobeaga y Diego San José es interesante como para que funcione pero, al final, la sensación inevitable es de oportunidad perdida.

La trama nos cuenta el viaje de un sevillano en busca de una vasca de la que se ha enamorado. Al llegar al pueblo de la joven, deberá olvidar la gomina y acento andaluz para no enfadar al suegro y terminar de conquistar a la chica.

Clara Lago y Dani Rovira son los protagonistas y, aunque no se cargan la película, no terminan de encajar del todo. Esto se nota especialmente cuando comparten plano con Carmen Machi y Karra Elejalde que están tan inmensos como siempre. Si no fuese por el carisma de Elejalde esta película bajaría varios puntos automáticamente.

Justo esta escena es de lo peor. También yo...

En España tenemos ganas de reírnos de todo y qué mejor que hacerlo de lo nuestro. Por eso Ocho Apellidos Vascos ha arrasado en taquilla el fin de semana de su estreno y los chistes sobre horterío sevillano y provincianismo vasco funcionan. El problema es cuando la película tiene que contarte algo para hilar estas bromas.

En ese sentido, creo que la culpa de que esto no funcione es de la torpe dirección de Emilio Martínez-Lázaro. Parece improvisar determinadas situaciones y claro, se nota en un montaje que se alarga cuando no hace falta y recorta otras escenas de manera incomprensible. Esto llega a su punto cumbre en el tercer acto con unos veinte minutos finales realmente malos.

Una pena porque la gente tiene ganas de reírse de estas cosas y, a ratos, se consigue. Espero que el propio Cobeaga termine dirigiendo una comedia buena, sin excusas, que ya tiene dos más que decentes.

Esa comidita interminable

Aquí el trailer. Esta es la muestra de que podríamos hacer una versión aun más divertida de Bienvenidos al Norte pero al final nos saldría un churro. Un 5’75.