Esta es la pereza que da |
La trama, que adapta una novela de Pascal Mercier, nos
cuenta cómo un apocado profesor suizo se topa con una suicida. Tras evitar el
salto al vacío, pierde de vista a la joven pero se queda con un libro suyo que
enseguida le obsesiona. Como está escrito por un portugués, se vuelve loco y
viaja a Lisboa a ver qué pasa. Allí irá descubriendo una historia de amor en
tiempos de dictadura y revolución.
Jeremy Irons interpreta al perdido profesor que anda de acá
para allá y no puedo evitar pensar que esa es la vida del actor en la
actualidad. Un tipo mayor y descreído que, sabiendo que ya ha pasado lo
mejor de su carrera, se agarra como puede a pequeños proyectos insulsos con tal
de no caerse del tren.
Aparecen también viejas glorias como Charlotte Rampling y
Christopher Lee en pequeños papeles inservibles que aportan categoría al
conjunto. August Diehl y Jack Huston son los protagonistas de los flashbacks
donde sólo se salva Mélanie Laurent.
La historia es tan insulsa como sus diálogos, fotografía e
incluso montaje. Nada sorprende, nada estremece y, por mucho que lo intenten
subiendo el volumen de la música, nada emociona. Por cierto da igual en qué época estemos, en esta Portugal no existen los portugueses.
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