11/6/14

Días de Vinilo

Días de Vinilo, una sobre el amor, la madurez y la música de fondo.

Cartel regular
En el año 2000 se estrenó Alta Fidelidad, película de Stephen Frears basada en el libro de mismo título de Nick Hornby. En ella, un John Cusack en plena forma guiaba al espectador a través de sus listas y su vida amorosa por los años 90 para un treintañero americano perdido. Todo desbordaba música y lograba el toque de melancolía soportable que necesitan las comedias románticas interesantes. Como relato de su tiempo, al igual que Seinfeld en televisión, es un producto representativo y fácil de disfrutar, compartir y recordar.

Por todo eso, tenía ganas de ver este intento de Gabriel Nesci por hacer una comedia que recordaba al concepto de la de Frears. También sabía que la comparación negativa sería inevitable y el juego consistiría en ver hasta qué punto era interesante.

Necesita más de esto
La buena noticia es que no está mal. La conciencia del tipo perdido se divide en cuatro personajes con cualidades diferentes. Así vemos tanto a un soñador que se aferra a su proyecto de adolescencia, como al romántico atormentado, el que ve asomarse el altar y se asusta y el que no puede dejar el pasado atrás. Las tramas funcionan, unas más que otras, pero consiguen entretener al espectador con sus inseguridades y logros. Los gags funcionan y las interpretaciones, salvo un par de excepciones, están a la altura.

El problema es lo que se han dejado por el camino. Desde luego no esperaba que fuese el espejo de la generación actual, pero sí sorprende lo fuera de lugar que está la música y la cultura popular en los diálogos. Una película con este título debería presumir de banda sonora y si no puede por derechos de autor, cosa que ha ocurrido, abarrotar su guión de referencias. Las que están parecen añadidos posteriores, recortes de Nesci dándose cuenta de que necesitaba algo más de chicha, pero la verdad es que a parte de Los Beatles, Phill Colins y algo de Queen, es difícil que el melómano de turno se sienta satisfecho.

Si juntamos todo esto, el resultado es una película que no marca una era ni creo que merezca una recomendación entusiasta, pero cuenta cuatro historias bien rodadas que entretienen y finalizan como deben. Si el que hace de guionista, Gastón Pauls, se hubiese quedado un poco más con el protagonismo de la trama y la banda sonora no tuviese problemas de derechos, el resultado sería más redondo.
 
Y mucho más de esto
Aquí el trailer. Al menos hace que apetezca repasar otras odas a la buena música como Casi Famosos, Radio Encubierta o, desde luego, Alta Fidelidad. Un 6’5.

No hay comentarios:

Publicar un comentario