Mmmmuy bonito |
El guión viene firmado por el propio Jeunet y su
imprescindible Guillaume Laurant y adapta Las Obras Escogidas de T.S. Spivet, una novela ilustrada de Reif Larsen. Cuenta
cómo un niño de diez años decide embarcarse en un largo viaje hacia un merecido
premio. Resulta que es un genio absoluto y ha inventado una máquina que
movimiento perpetuo, o al menos unos 200 años. Su padre el vaquero y su madre
la bióloga andan un poco distraídos como para enterarse de nada de esto,
especialmente desde que un triste suceso nublase aun más la vida de esta peculiar familia.
Kyle Catlett aguanta el tirón de ser un niño sabelotodo sin
resultar repelente. Es fácil acompañar con ganas al protagonista durante su
travesía y eso ya es decir mucho. Le acompañan algunas caras conocidas como
Helena Bonham Carter haciendo lo de siempre, Judy Davis o el imprescindible
Dominique Pinon en una breve pero acertada intervención.
Benditos trenes |
La pena es que esta vez no le acompaña ni la música de
Yann Tiersen ni la rotundidad visual de costumbre. La sensación continua es la de trabajo acelerado y poco meditado, casi a la carrera, algo extraño en la
filmografía y factura artística del director.
Aun así, ideal para despertar la imaginación de los dormidos
y eficaz para cualquier tarde de verano. Eso sí, seguiré echando de menos al
Jeunet derrotado, el que no lo veía todo tan de color de rosa y nos hacía sudar
con maravillas como Delicatessen o La Ciudad de los Niños Perdidos.
Pinon el vagabundo |
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