Los molones |
La trama vuelve a esos Estados Unidos de los años 20 del
siglo XXI donde una noche al año vale de todo. No hay paro ni delincuencia
porque durante esas doce horas los ciudadanos desatan a su
demonio interior y se matan despiadadamente. La cinta sigue la historia de una
pareja que no llega al refugio a tiempo, una madre y una hija que ven cómo
invaden su casa y un hombre con una deuda de sangre que se arma hasta los
dientes y sale a la calle.
El presupuesto ha permitido a DeMonaco mostrar el mundo del
que hablaba en la primera película, lo malo es que eliminando el problema
de la simplicidad de la invasión del hogar, ha generado otros. Logra entretener y enganchar con la misma idea tontorrona de base, algo curioso con lo poco que aporta. Empata consigo mismo repitiéndose
tanto en lo bueno como en lo malo e intercambiando picos de calidad sin
conseguir nunca lo que la ambiciosa idea pretende: meternos en ese país distópico y hacernos sufrir.
Frank Grillo y Carmen Ejogo aguantan el tirón mientras a su
alrededor ocurren cosas que nos suenan de demasiadas cintas anteriores. Los giros no
sorprenden, algunos incluso dudo que puedan ser considerados sorpresa, y la
necesidad de un buen villano clama al cielo ante la tríada de malutos insulsos
que persiguen a los protagonistas.
Born in the USA |
Si se centrasen en un enemigo, escribiesen una buena trama en
ese mundillo y, ya al final, dejasen apuntado algo más interesante sobre la
bajeza moral y gubernamental del momento, esta saga tendría más tirón. Pero
claro, ¿quién soy yo?.
Ojalá esto saliese bien |
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