Los Mercenarios 3 (The Expendables 3), boom shaka laka.
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¿Cartel soso? ¡Toma este! |
El bueno de
Sly insiste en pasar lista y añade colegas a su
franquicia más inesperada. El guión, escrito por
Stallone junto a
Creighton Rothenberger y
Katrin Benedikt, se afianza en los railes establecidos en la
segunda parte y repite estructura con algo menos de gracia, posiblemente debido a la dirección de
Patrick Hughes. Lo bueno es que
saben por donde tirar olvidando lo malo de
Los Mercenarios, lo malo es que
Los Mercenarios 2 quedará como el original posiblemente imbatible.
La trama nos presenta a un tipo muy malo del pasado del
líder de la banda. Como además de mala gente es más peligroso que
encargarle a
Wesley Snipes la declaración de la renta,
Barney Ross decide
separarse de su grupo de asesinos de élite y contratar a unos jovencitos
sedientos de sangre por los que no sienta apego ninguno. No sé yo si la
estrategia tiene sentido pero es lo que hay y tampoco pasa nada, aquí lo que
importan son las tortas, los tiros y los chistes malos sobre sus propias
películas.
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La pandi de excursión |
Al equipo titular ya lo conocéis así que no lo voy a
nombrar, sólo señalaré que
Dolph Lundgren merece más diálogo y
Jason Statham
más contacto físico. Se añaden aquí el siempre competente
Kelsey Grammer, un
resucitado
Wesley Snipes y
Antonio Banderas que, estando divertido, puede haber
pecado de exagerado. Además, entiendo que es difícil que todos se luzcan con un
reparto así, pero después de la lata que da el pobre, es una pena que tenga
media escena de acción. En el último momento, y aprovechando la rajada de
Bruce Willis, entró en el reparto
Harrison Ford para hacer un par de bromas a costa
del compañero eliminado y pegar algún tiro. Bien por
Indy.
Respecto al villano, no creo que hayan acertado. No lo digo
por la elección del actor,
Mel Gibson de malo mola más que respirar, pero el
personaje no logra funcionar. La mitad de la película es un pazguato que
mira cuadros, luego se redime despertándose con un monólogo interesante pero
vuelven a cagarla haciendo que sea un adversario físico en el clímax. Cuando tu
oponente es
Stallone y se acaba de cargar a
Van Damme, no puedes hacer que
Gibson resulte temible de ese modo.
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Buena pipa |
Junto con el villano,
Los Mercenarios 3 tiene otra gran
pega: los jovencitos son un coñazo. Entiendo que venía bien para contar la
historia y el segmento con
Grammer recopilando reclutas está muy bien, pero la
falta de carisma de los novatos lastra cada una de sus escenas, especialmente
las de
Kellan Lutz del que me encantaría que me explicasen por qué sigue saliendo en películas.
Pero basta de palos que en una cinta así no hacen falta. En
ese punto intermedio entre sus dos predecesoras, esta nueva aventura hace
disfrutar a su público con nuevas explosiones y chascarrillos que es a lo que
hemos venido.
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No me canso de verlos juntos |
Aquí el
trailer. Tan sólo la filtración en internet tres
semanas antes de su estreno podría hacer peligrar su recaudación y, por lo
tanto, continuación, pero ni por esas creo que tengan problemas,
Los Mercenarios 4 se estrenará y los fans ya rezamos para que un clon de
Van Damme aceche en
las sombras. Un 7.
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