Venga, la chorrada en el cartel bien grande |
Con esta carrera aletarga, repito que sólo como director, y con Scarlett Johansson como una nueva Nikita, Dura de Matar de verdadero
aliciente, era fácil acudir a la sala con la cabeza algo baja. Sabiendo que
Besson te la puede dar con queso y que el pretexto de la película es una de las
leyendas urbanas más conocidas y tontas, dejé las expectativas en la guantera
del coche junto con mi cerebro. Esa fue la clave para conseguir disfrutar como
lo hice con semejante chorrada.
La trama nos presenta a una americana que es obligada en
Taiwan a hacer de mula, el decir, transportar en su cuerpo un paquete de una
nueva droga de diseño. Por suerte, o no, el regalito se rompe y nuestra Lucy
empieza a aumentar el porcentaje de su control mental hasta convertirse en el
Doctor Manhattan, el verdadero superhéroe más poderoso de la historia. Además todo funciona también como precuela de Her, qué más queréis.
Pasando la tarde en el techo |
Y antes de seguir, para los enquistados con el tema, repito
que ya lo sabemos todos, que los humanos usamos el 100% de nuestro cerebro y
que la base de esta película es una patraña. Además lo de los cambios físicos,
el control a kilómetros de la electricidad con sólo el 20% y todo lo demás es
mear fuera del tiesto, correcto. Pero y si os digo, y atención a esto, que como
me lo estaba pasando bien ME HA DADO IGUAL, cómo os quedáis.
Malos por defecto |
Desde el inicio te das cuenta de que no va a ser así. La
presentación de personajes y situaciones que temes habiendo visto el trailer,
es eliminada por completo y sustituida por una trama inicial más interesante
que el macguffin en sí. Lucy está en problemas en el minuto cinco y de ahí al
ochenta y cinco, la duración justa para este divertimento con montaje tan
hortera como necesario, coronado con un final a lo Akira y una entrega de
información que es graciosa hoy y será hilarante mañana. Todo en el mejor
sentido posible.
En definitiva, una película que te insultará si vas a que lo
haga pero que te hará feliz si ese es tu propósito. Un viaje de ácido que parece más propio de Warren Ellis en la barra libre de una boda o de Mark Millar de
resaca, una sorpresa ver que Besson aun puede ser un pillo.
Decodificando matrix |
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