22/11/14

Nunca Es Demasiado Tarde (Still Life)

Nunca Es Demasiado Tarde (Still Life), el que se ocupa de los que ya no pueden arreglarlo.

Entiendo que así tire para atrás
Coproducción ítalo-británica escrita y dirigida por Uberto Pasolini, sin relación con Pier Paolo. El autor intenta llegar a la fibra sensible del espectador con tres o cuatro trucos, algunos más baratos que otros, y termina funcionando gracias a su perfecto protagonista.

La trama nos presenta a un hombre apocado que trabaja buscando familiares a difuntos sin amigos. Un oficio triste para un hombre que con una lata de atún y una manzana ha comido. En contadas ocasiones consigue resultados y termina el único asistente de los desoladores entierros de sus clientes. Ahora los recortes han llegado a su puesto de trabajo y van a prescindir de él, incinerando todos sus casos por resolver y dejando que el fuego se trague los futuros. Obsesionado con su último encargo, hará lo que pueda por conseguirle un séquito tras el ataúd.

El elegido para mostrar toda esa soledad es Eddie Marsan, irrepetible secundario de esos que vemos una vez al mes y del que rara vez recordamos su nombre. Aquí demuestra que tiene lo necesario para llevar el peso de una película y es más, si no es por él todo esto no serviría de mucho.

Nunca Es demasiado Tarde es pequeña, diminuta, sin ninguna pretensión salvo la de conmover y sí, lo logra. Sin apenas sucesos a destacar, la banda sonora acompaña de un modo algo artificial los viajes de nuestro prota mientras ordena una y otra vez el orden que le persigue.

Enorme
Aquí el trailer. Si quitamos a Mr. Bean el halo cómico, estaríamos ante un personaje similar. Un 7.

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