I am SHER locked |
La trama nos cuenta parte de la vida de Alan Turing, el matemático británico que consiguió descifrar la máquina Enigma alemana, inventar el ordenador y morir envenenado por ser homosexual. El metraje muestra momentos de su infancia y sus últimos días pero, afortunadamente, se centra en la construcción de la primera máquina que le ayudaría a descifrar los mensajes del enemigo mientras debía luchar contra sus propios secretos.
El trabajo de Benedict Cumberbatch es incontestable. El británico tartamudea y se viene abajo de vez en cuando, como buscando su estatuilla dorada. Es un placer toparse con un tipo con el que puedes confiar desde que compras la entrada. Matthew Goode y Keira Knightley, tan solventes como siempre, cierran el trío protagonista que debería haberlo sido más.
Y no es que me queje del resto de secundarios, con Charles Dance y Mark Strong está todo bien atado, si no que llegamos al elemento clave que todo el mundo está ensalzando y con el que he chocado estrepitosamente, el guión del primerizo Graham Moore.
Pasándolo pirata |
El otro gran problema es que la historia central viene adornada con diversos flashbacks y flashforwards. Los viajes al futuro no están mal, se centran en los últimos días de Turing y en el motivo de que esta película exista, la vergüenza de haber condenado a un genio único e irrepetible por su orientación sexual. Lo malo viene con la historieta del protagonista de niño, siendo torturado en la escuela y forzando una amistad que no hace falta, salteado con diálogos aun peores que los que veremos en los otros segmentos.
Por todo esto, lo que nos queda es una historia entretenida, más por la realidad que representa que por la pericia de sus responsables, con unas interpretaciones que superan con mucho el texto del que dependen. Es justo que Turing tenga una obra que ensalce su figura pero supongo que tanto él como Cumberbatch merecían algo más depurado.
A esto le falta RAM |
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