Mirando su filmografía con dudas |
El argumento se centra en el secuestro de una niña y la desesperación de unos padres que, diez años después, parecen tener alguna pista de lo sucedido. Montado a lo loco, con cambios temporales sin orden ni concierto y un par de tramas secundarias que no consiguen funcionar, el espectador sabe todo lo que va a pasar cuando consigue enterarse de qué demonios intentaban contar en el primer tercio. Luego queda el resto de la película pero ya sabemos de qué va.
A Ryan Reynolds le ha tocado estar preocupado y de ahí no sale. Rosario Dawson parece esforzarse a ratos en que nos creamos a su personaje pero el guión juega en su contra. Kevin Durand hace de malo de cómic y los demás están a un buen nivel televisivo.
Y es que aquí nada huele a cine en pantalla grande, hasta los ridículos rótulos que van avisando del año en el que se encuentra la historia, parecen sacados de un telefilm. Lo curioso es que consigue uno de los aciertos de esos productos: engancha, aunque sólo sea por comentar en alto con los que te rodean lo que va ocurriendo. Pero claro, estoy volviendo a pensar en Cautivos como algo para soportar sólo si estoy en mi salón.
No pasa nada Rosario, pa'lante |
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