24/2/16

Zoolander No. 2

'Zoolander No. 2', fiesta de puertas abiertas.


Costó varios años pero, tras superar la criba de "comedia tonta", 'Zoolander (Un descerebrado de moda)' se convirtió en un título casi de culto, una ácida sátira sobre el mundo de la moda y el culto a la imagen.

La secuela fue tomando forma según iban asomando los fans de la original, empujados por aquellas declaraciones de Terrence Malick en las que confesaba que era su película favorita.

Quince años después aquí estamos, comentando un título que repite el mismo escenario pero cambia las reglas, torciendo hacia la comedia de gags encadenados y sobrecargando cada plano de cameos que, ahora sí, puede permitirse Ben Stiller sin pestañear.

Lo que hemos perdido de originalidad en su base y trama, que aquí es aun más una excusa, lo hemos ganado en risas. Más vacías pero más continuas, algo que a muchos les parecerá horripilante pero que, al menos a mí, me sigue valiendo.

Stiller se ha marcado un Segura y, como en 'Torrente 4: Lethal Crisis', lo juega todo a los amiguetes y a la carcajada alta y rápida. El absurdo se convierte en un todo, algo que hace que, curiosamente, pierda fuerza.

Pero da igual las vueltas que de al asunto, 'Zoolander No. 2' no creo que sea recordada como 'Zoolander (Un descerebrado de moda)', pero te ríes más y sigue saliendo Will Ferrell, para mí eso es un empate en toda regla.


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