Las pocas ganas que tenía de ver esta película, me hicieron que la dejase para el final de las obligadas por los Oscar. Ya me había quitado las otras dos nominadas a "mejor película en lengua no inglesa" que me daban pereza y, como me temía, ni 'A War' ni 'Lobo' terminaron de convencerme.
Esta, un drama francés sobre los problemas de ser una mujer joven en Turquía, se me antojaba como otro intento desesperado de los vejestorios de la Academia por demostrar que aun tienen corazón y se apiadan de los males del mundo.
Así empecé a verla, abriendo un poco más los ojos en cada minuto que pasaba y descubriéndome totalmente enamorado de lo que me habían contado a la hora y media de que se apagasen las luces.
Con unas protagonistas tan adictivas y embaucadoras como las de 'Las vírgenes suicidas', esta historia comparte el deseo de otra realidad de sus personajes con aquella adaptación de una primeriza Sofia Coppola.
La lucha real contra la sociedad empasta con el conflicto interior, consiguiendo que los que no lograsen entrar en el romántico juego de aquella, tengan aquí una oportunidad con excusa con los pies en la tierra.
La forma en que Deniz Gamze Ergüven cuenta todo esto, escapa del telefilm del mismo modo que no se lanza al abrazo de la tragedia gratuita. Un placer disfrutar de esta historia de brillos de sol en un cuarto oscuro.
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