El rotundo éxito comercial de 'Ouija' (Stiles White, 2014), obligaba a Hasbro y Blumhouse Productions a sacar secuela, el problema es que su infecta calidad hacía impensable la hazaña, por lo que se sacaron de la manga un nuevo invento al que llamaremos "nocuela": secuela de una película tan mala que disfrazan de secuela y desechan cualquier conexión con la original.
A efectos prácticos, esto viene a ser una nueva franquicia con la tabla de contacto con los muertos como protagonista del título, que no de la trama.
Y es que si bien Mike Flanagan ha logrado rodar un producto mucho más pasable que el anterior, lo ha hecho a costa de meter a capón el elemento obligado en una trama que ya debía tener escrita. Las protagonistas se olvidan de la tabla a mitad de la película y, como si hubiese venido un productor de Hasbro el último día de rodaje, vuelve a escena para absolutamente nada justo al final.
Durante toda la película hay secuencias que te hacen pensar que estas ante un buen título de terror, pero entre medias hay otras que hacen que todo eso se te pase. Una pena que el divertido tren de la bruja final tarde tanto en llegar y esté tan explicado. ¡Viva el misterio, joder!
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