Biutiful

Hoy he visto Biutiful, que no beautiful, una de pasarlo mal entre mugre, enfermedad, alcohol, inmigración y top manta.

Cuarta película de Alejandro González Iñárritu y primera sin Guillermo Arriaga en el guión. Y yo lo siento por Iñárritu pero ya se quien escribió la parte buena de Amores Perros (el primer tercio). El guión de Biutiful recuerda más a la segunda y tercera parte de esta, mostrando la suciedad, crueldad y hostilidad de la vida pero sin contar realmente una gran historia. No es que no tenga nada que contar, pero lo que le ocurre al personaje es solo una pequeña escusa para que Iñárritu nos enseñe lo jodido que está el mundo. Todo era una mierda también en 21 Gramos y no digamos en Babel, pero además, la historia que te contaban era conmovedora e interesante. Aquí no hay tanto de eso y sí mucho de “soy mejor que Woody Allen porque mi Barcelona da más asco”.

La película cuenta la vida de Uxbal, un hombre que hace lo que puede para sobrevivir en la ciudad condal. Polis corruptos, chinos cosiendo bolsos, negros vendiéndolos… Para hacer su vida más difícil, tiene que cuidar de sus dos hijos y de la madre de estos que aparece y desaparece en la historia dependiendo de sus taques bipolares. En un par de escenas nos introducen también la capacidad de Uxbal para ver al espíritu de los difuntos y reconducirlos para que descansen en paz. Todo esto subrayado con sangre en la orina y un cáncer terminal inminente.

Después de todo esto, comprenderéis que no es una película fácil de ver. Y más si tenemos en cuenta que Javier Bardem borda su papel y que su cara está en cada plano de la película. Esto le da un realismo que se completa con la crudeza de las imágenes de Iñárritu. Bardem es, sin duda, lo mejor de la película. Cuando está mal, sufres con él. Cuando se enfada, tiemblas.

En definitiva, una peli tan derrotista como pretende. Por eso puede que no sea tan perfecta como se esperaba. Por momentos vas echando de menos los cruces de historias de Arriaga y luego te das cuenta de que a Iñárritu le pasa lo mismo e intenta aderezar su argumento con una sub-trama gay asiática de la que al final no cuenta nada, los problemas de la senegalesa que vive en casa del protagonista que no se resuelve y la ya mencionada historia de fantasmas que tampoco lleva a ninguna parte.

Aquí el tráiler, impresionante y emotivo, más que la película, y me voy a tomar algo a ver si me animo que después de ver todo esto no se yo. Un 4'5.