27/6/13

Monstruos University (Monters University)

Hoy he visto Monstruos University (Monters University), el clásico de pringaos contra molones pero con dientes afilados.

Toda la peñita guapa
Nueva película de Pixar y primera precuela del estudio. Tras sus dos títulos más flojos, la compañía del flexo ha dividido a la crítica con una de esas películas que parece contentar y defraudar a partes iguales.

La trama nos sitúa en la época universitaria de Mike y Sulli, dos monstruos que cursan la carrera de Sustos. Mike no tiene físicamente nada que aportar, pero horas de estudio y trabajo duro le servirán para ir aprobando. Sulli viene de una familia de grandes asustadores y su portentoso aspecto y rugido innato le han convertido en un vago que va de fiesta en fiesta.

Con este planteamiento comienza la historieta sobre el bacheado origen de la amistad entre los geniales protagonistas de Monstruos, S.A.. Billy Crystal y John Goodman vuelven a prestar su voz y José Mota y Santiago Segura hacen lo propio en la versión en castellano. Como es la que he visto, solo puedo hablar bien del trabajo de doblaje de los dos actores así como del resto del equipo.

Mike ilusionado
La dirección corre a cargo del casi debutante Dan Scalon que también firma el guión junto con Daniel Gerson y Robert L. Baird. Su libreto adapta la típica historia universitaria americana que toma como estructura La Revancha de los Novatos, es decir, los nerds consiguen ganar a los populares en competiciones deportivas. Puede que este sea el mayor problema de la película, todo lo que cuenta se ha visto tantas veces que resulta monótono y repetitivo. Cada pocos meses se estrena algo parecido, la última fue la sosa Dando la Nota, pero claro, no hay que olvidar que estamos hablando de Pixar y estos le pueden sacar partido a un coche con ojos.

Sulli el chulito
El diseño y personalidad de cada personaje está más cuidado que en la gran mayoría de grandes producciones de acción real con las que comparte cartelera. No solo establece las bases de los protagonistas y algún que otro secundario de la futura primera parte, si no que se preocupa en presentar un enorme nuevo elenco de monstruos a cual más peculiar he interesante. El grupo de inadaptados que Mike Wazowski debe transformar en temibles asustadores, es una abrumadora muestra de geniales secundarios cómicos. Hay gags con Art de esos en los que se te sale el refresco por la nariz y te da igual.

La hermandad triste
En cuanto al apartado técnico, simplemente decir que es la mejor película de animación hecha hasta el momento. Es algo que Pixar ha conseguido en sus catorce películas, incluso en las más flojitas. Parece imposible que aun hoy puedas salir sorprendido con algún nuevo truco visual pero esta compañía lo consigue. Salí decepcionado y aburrido de ver Cars 2 y a la vez pensar en esos brillos, la luz de los focos o los reflejos de los metales. Lo mismo con Brave, de la que aun me dura el enfado por desaprovechar la genial temática y personajes en un argumento tan tonto, pero al mismo tiempo recuerdo el embriagador pelo de Mérida como algo mágico o irrepetible.

Art, el genio
Pues bien, en Monstruos University lo han vuelto a hacer. Las texturas hiperrealistas han llegado a un punto donde la imaginación del animador es la que marcará la pauta. Los personajes peludos son de una calidad y belleza sin igual y los más gelatinosos o reptilianos no se quedan atrás. El gordito con muchos ojos es magnífico pero, una vez más, Art.

La banda sonora vuelve a ser de Randy Newman y, aunque correcta, no tiene el encanto que consiguió con la primera parte o con otras joyas de Pixar como Toy Story. Abusa de temas de bandas universitarias que terminan cansando y se echa de menos el inmejorable tema principal que esperaba estuviese presente en algún momento.

Robando la mascota de la Politecnica del Horror
En definitiva, una buena segunda parte donde los personajes y la calidad técnica hacen disfrutable un argumento bien resuelto pero poco innovador. Algo así como lo que pasó con Toy Story 2, que la primera parte era tan grande que la segunda era imposible que llegase de nuevo a la cima. Aunque claro, luego llegó Toy Story 3 y todos lloramos como niños, lo mismo en un futuro consiguen lo mismo con esta saga.

Abre bien el ojito
Aquí el tráiler. A los fans de ojito saltón os debería gustar irremediablemente pero claro, viendo algunas críticas puedo equivocarme. Aun así, creo que nadie lamentará pasar hora y media en la MU. Ahora a esperar a la siguiente, el 2 de julio de 2014, The Good Dinosaur. Un 7’75.

22/6/13

El Hombre de Acero (Man of Steel)

Hoy he visto El Hombre de Acero (Man of Steel), una sobre el mesías y salvador de la humanidad. Si estás ahí arriba ¡sálvame Superman!.

El cartel no puede ser más soso
Regresa Superman a la pantalla grande y lo hace con una responsabilidad desmesurada. Es muy difícil que cumpla todas sus metas, o al menos una, dado el peso que ha recaído en esta última versión del Kryptoniano de Kansas. El Hombre de Acero pretende devolver a ilusión a aquellos que recuerdan con cariño a Christopher Reeve, saciar a los decepcionados de Superman Returns y, ante todo, asentar las bases para el magno plan de DC con el que pretende imitar el éxito de Marvel y su club de Vengadores.

La trama nos cuenta los inicios que todos conocemos. Krypton está a punto del colapso y Jor-El envía a la tierra a su hijo, Kal-El, para que crezca sanote y libre. Allí será criado por los Kent y durante su vida irá descubriendo nuevos poderes y secretos sobre su origen. Todo se complica cuando el General Zod, un despiadado Kryptoniano que se salvó de la destrucción gracias a su condena en el exilio, detecta en nuestro planeta a su paisano y decirle hacerle una visita poco amistosa.

Pecho lobo
Henry Cavill es el mazado protagonista que tampoco consigue quitarle el soserío que parece acompañar a Superman en todas sus versiones cinematográficas. Por otro lado, rellena el traje que da gusto y su seriedad concuerda con el tono de la película y, por lo tanto, el personaje encaja a la perfección. Amy Adams no estaría mal como Lois Lane si la periodista tuviese algún sentido en la trama a parte de la cuota femenina que todo blockbuster tiene por defecto. Su relación con el protagonista está tan falta de química como de verosimilitud aunque, gracias al final de la película, todo parece indicar que en la segunda parte su rol será más interesante.

Soy malo y alien ¡temedme terrícolas!
Michael Shannon es el malo y no termina de convencer. No es por culpa de su actuación, Shannon ha demostrado ser un profesional increíble en anteriores trabajos como Take Shelter o Boardwalk Empire, si no porque el personaje no parece realmente peligroso. Da más miedo la naturalidad con la que el héroe arrasa ciudades para dañar al villano que el maléfico plan en sí.

Russell Crowe es el científico, y ahora también atleta y arriesgado, Jor-El. Su porte confiere al personaje el dramatismo necesario y el diseño de su planeta natal y las armaduras Kryptonianas hacen el resto. Diane Lane y Kevin Costner son los padres adoptivos y ambos dejan la sensación de necesitar más minutos en pantalla, sobre todo Costner que es un gustazo cuando la película en la que sale no es una chorrada y permite ver lo gran actor que es.

¡Pero bueno que está pasando aquí!
La banda sonora de Hans Zimmer acompaña tan bien a la imágenes que consigue ser un resumen sobre lo que pienso del conjunto global. Demasiado oscura para Superman, poco sorprendente y, aun así, épica y con momentos sublimes. Hay una escena en la que Zimmer, a modo de homenaje muy ácido de su predecesor John Williams, se autoplagia y recuerda a El Rey León.

Máximo Décimo Meridio
El diseño de decorados, vestuario y artefactos es un acierto absoluto. El prólogo en Krypton es ciencia ficción de primer nivel y, aun teniendo en cuenta las fechas, su originalidad y eficacia se podría comparar a las escenografías de cristalitos del clásico de Donner. Y ahora sí, toca hablar de los tres responsables de lo mejor y lo peor de El Hombre de Acero.

Calzoncillos por dentro. Jo...
Lo que le sentó bien al murciélago no tiene por qué funcionar con el súper hombre pero, como Chritopher Nolan es de estructuras claras, decidió apostarlo todo a la historia de búsqueda personal propuesta por sus guionistas de referencia, su hermano Jonathan Nolan y el bueno de David S. Goyer. En cuanto al director, y pese a los tres resbalones de taquilla consecutivos, Warner volvió a arriesgar con Zack Snyder, un tipo absolutamente visual e imaginativo, y cerró así el tridente que ha creado esta mezcla de ideas donde no cuesta adivinar donde empiezan y terminan las ideas del productor, el guionista y el director.

Morfeo periodista
El trasfondo iniciático solemne y sobrio de Nolan, se cuenta a través del esquema y claridad de Goyer y viene adornado por la exageración hiperbólica de Snyder. Esta mezcla hace de El Hombre de Acero un producto irregular y muy contradictorio. El tramo inicial, tras el obligado prólogo espacial, intercala en el tiempo diferentes momentos de la vida de un Clark Kent que intenta descubrir quién es y para qué sirve. Muchos se quejarán de ese batiburrillo de flashbacks pero yo, que me temía encontrarme con la narración de siempre, lo encontré refrescante.

De esa sosegada búsqueda de orígenes, se pasa a la presentación del problema y a casi una hora ininterrumpida de acción desbordante que termina saturando y perdiendo al espectador. Todos los participantes son tan poderosos físicamente que se olvidan de pensar en otro plan que no sea darse de tortas. Este cambio es tan marcado, que los diferentes puntos de vista de los tres padres de la película chocan y hacen aparecer todas las pegas que se le pueden sacar.

Kevin tú molas
Lagunas argumentales, incoherencias como pianos y situaciones más que caprichosas, hacen que esta película no sea la joya que todos los aficionados al cine de superhéroes queríamos que fuese. Por otro lado, el trabajo individual de Nolan, Goyer y Snyder funciona y cada uno consigue unirse lo suficiente al resto como para que no podamos hablar de desastre. Ni siquiera de gran decepción.

Para terminar de quedarme a gusto, la lista de las películas del tío de la S en el pecho con mi nota particular a modo de recomendación. Me voy a ganar el odio de algunos con esto pero me la juego:

Superman 6’0

Se la juega y deja la ciudad peor que los Power Rangers
Aquí el tráiler. Aunque aun no sea la película de Superman que todos queremos, me gusta como base para el futuro de lo que viene. En definitiva, que no está bien ni está mal, está bien y mal.  Un 7.

21/6/13

Laurence Anyways

Hoy he visto Laurence Anyways, una sobre secretos, amor, valentía y salir del armario con la falda puesta.

Cartel indie acertado
Si algo es destacable en esta película es que su director, Xavier Dolan, tiene tan solo veinticuatro años. Es ya la tercera película del canadiense y aunque es vedad que está absolutamente atascado en su propio subgénero, la calidad técnica y profundidad de sus guiones son dignos de elogiar.

La trama nos presenta a Laurence, un profesor que decide dejar de engañarse a sí mismo y empezar a vestirse de mujer. La primera sorprendida es su novia que pasará del disgusto inicial a ser una ayuda indispensable para el protagonista. Con el paso de los años veremos cómo su relación evoluciona de todos los modos posibles. Después la historia continua y continua y parece no acabarse nunca.

Laurence no se cambia el nombre
Melvil Poupaud y Suzanne Clément son los protagonistas. Ambos realizan actuaciones opuestas ya que mientras Poupaud es demasiado comedido, Clément sobreactúa cada escena y, supongo que más por la construcción del personaje que por su trabajo, termina resultando insoportable. Curiosamente juntos sí parecen tener la química necesaria como amigos, pero se hace irreal cuando los sentimientos deben ser más profundos.

Además de estos altibajos con los protagonistas, el gran problema de la película es lo poco que aborda en su alargadísimo metraje. Las situaciones se repiten una y otra vez durante casi tres horas de discusiones que terminan en momentos reflexivos silenciosos de Poupaud, aderezados con videoclips oníricos, absolutamente bellos eso sí.

De buen rollito hasta que...
Los momentos Malick en los que Clément llora por las paredes perseguida por una cámara al hombro resultan artificiales y forzados. Además, insisto en que su personaje termina siendo desagradable y que todo sería mejor, y más breve, si se centrasen en contar bien la transformación del protagonista a lo largo de los años. Con episodios en los que retome viejas relaciones sí, pero sabiendo en todo caso qué se quiere contar realmente y qué se debe dejar de lado.

El chaparrón
Aquí el tráiler. Muy recomendable para amantes de ese cine independiente que se va a quedar sin distribuidoras por la falta de espectadores. Que os gustará mucho, modernetes de boquilla, pero si no vais esto se acaba. Es broma, que sé que está caro. Otro Gin tonic. Un 6’5.

19/6/13

Trance

Hoy he visto Trance, una de robos, engaños, hipnotismo y depilación.

El trío protagonista se lo come todo
La nueva película de Danny Boyle no es tan rompedora como nos vendieron. Si empiezo así es porque debido a los carteles molones y demás promoción, esto parecía una ruptura formal que finalmente no se ha producido. Es más, Joe Ahearne se limita a reescribir su guión de hace una década y que ya fue rodó a modo de película de televisión. Seguramente el Trance de 2001 sea mucho menos interesante que el filmado por Boyle, pero mi admiración por el director, mi gusto por lo visualmente impactante y la enloquecedora campaña promocional, han hecho que salga del sine con una sensación agridulce.

La trama nos cuenta cómo un tipo que trabaja en una casa de subastas se asocia con unos ladrones para robar un cuadro. Durante el atraco recibe un golpe en la cabeza y, al despertarse en el hospital, se da cuenta de que no recuerda dónde escondió el botín. La banda de criminales intentará por las malas sacarle información pero al ser imposible, recurren a una hipnoterapeuta para que rasque en su subconsciente.

Terapia paralela
El trio protagonista es un acierto absoluto. James McAvoy como el apocado desmemoriado, Vincent Cassel como el jefe de los delincuentes y Rosario Dawson como experta en hipnosis, consiguen hacer la película creíble e interesante. Los tres juegan perfectamente con los giros del guión y sus personajes se mueven por los entresijos de la trama como si no hubiese otra salida posible. El resto están todos correctos pero con unos protagonistas como estos, es absurdo destacar a nadie más.

Cassel y compañía
En la mayoría de películas del director británico, se tiende a un cierto desenfreno en el último tercio y todo se le va de las manos al final. En esta vuelve a suceder pero digamos que la gracia de Trance es enredarse en un argumento que se va complicando conforme pasan los minutos. Por esto no es tan fallido que el final sea una locura, como el hecho de que no me importe demasiado. Digamos que es otro de esos ejemplos donde al esperar otra cosa, no he sido capaz de disfrutar plenamente de lo que se me ofrecía.

Hipnoterapeuta del demonio
Por que sí, el montaje es complicado y tiene momentos brillantes, la fotografía pulcra y moderna a lo Soderbergh me encanta y ya he dicho que las interpretaciones son geniales. Todo esto junto con una historia interesante hacen un conjunto entretenido y recomendable pero, al menos desde que he descubierto lo del guión reciclado, no dejo de pensar que no es más que otra TV movie muy bien envuelta.

Xavier sin poderes
Aquí el tráiler. Es lo malo de realizar algo cómo Trainspotting tan pronto, no se puede ir a mejor y los fans esperamos siempre más. Un 6’75.

14/6/13

Populaire

Hoy he visto Populaire, una sobre salir del pueblo, enamorarse y escribir a máquina.

En serio, Guy Pearce más Imanol Arias
Comedia francesa dirigida por el debutante Régis Roinsard que también firma el guión junto con Romain Compingt y Daniel Presley. El resultado final es tan simple y hueco como efectivo. Puede que no recuerdes esta película dentro de unas semanas pero sus casi dos horas son bastante disfrutables.

La trama nos cuenta cómo una joven de un pequeño pueblo consigue un sofisticado trabajo de secretaria, oficio de moda a finales de los años 50. Pese a su torpeza innata, la velocidad con la que escribe a máquina con solo dos dedos no tardará en sorprender a su jefe. Este decide someterla a un duro entrenamiento para convertirla en campeona regional, nacional y, si todo sale bien, la mecanógrafa más veloz del mundo.

Secretaria tontorrona
Déborah François es la protagonista, un intento de Audrey Hepburn que consigue esa sofisticación humilde que los responsables buscaban. Romain Duris es algo más caricaturesco aunque juntos consiguen crear verdadera química. También es verdad que Duris me distraía constantemente por su extraña mezcla entre Guy Pearce e Imanol Arias.

Bérénice Bejo es la antigua novia del prota y mujer de su mejor amigo, Shaun Benson. Esta subtrama es del todo innecesaria ya que finalmente no llega a ninguna parte aunque se presente como misteriosa y fundamental. Hubiese preferido que se quedasen como simples colegas ya que la relación de amistad está realmente conseguida.

A Bérénice Bejo se la rifan en el cine francés
La fotografía juega con el cuidado diseño de vestuario y decorados y consigue un resultado final atractivo y creíble. Los pocos planos exteriores están muy logrados y especialmente acertados son los momentos más oníricos, aquellos en los que aparecen anuncios donde se ve en triunfo de la mecanógrafa y su ascenso a la fama.

En conclusión, esta es una de esas películas donde su mayor problema, la poquísima intensidad e interés de la trama, es a su vez su mejor baza. No pretende quedarse en nuestra mente para siempre y gracias a ello puede ser mucho más ligera y entretenida. Al fin y al cabo, no creo que mucha gente sienta verdadero interés por los campeonatos mundiales de mecanografía.

Todo rosita
Aquí el tráiler. Una de esas comedias francesas que, pese a pasar desapercibidas y no ser el Intocable del año, tienen su punto. Algo así como la Potiche. Mujeres al Poder de esta temporada. Un 6'5.