12/6/13

Insensibles

Hoy he visto Insensibles, una de enfermedades raras, actuaciones tróspidas y fachas nazis que huelen a los rojos.

Chócala
Debut en el largometraje de Juan Carlos Medina que también firma el guión junto con Luiso Berdejo. Estrenada en Sitges y vista en el reciente Nocturna, cada pase de Insensibles divide a la prensa entre los que defienden sus virtudes y los que no entendemos cómo alguien puede encontrar valores positivos en este mejunje.

La trama nos cuenta dos historias. En la del presente, un exitoso cirujano husmea en su pasado familiar y descubre enigmáticos secretos. Intercalado con la investigación, iremos viendo cómo durante la Guerra Civil, un grupo de niños son encerrados porque sufren una enfermedad que no les permite sentir dolor.

Niñoooo
Àlex Brendemühl es el protagonista y prefiero no hacer demasiada sangre. Algo creíble en catalán, no consigue sin embargo transmitir nada cuando habla en castellano. Parece un anuncio continuo, forzado y sin otro motivo que servir de enlace para la trama del pasado que es menos insufrible. Del resto casi prefiero no hablar, la sensación de obra de fin de curso de alumnos de primaria es continua. Y no lo digo por los niños ojo, que están bastante mejor que los adultos. Creo que la palma se la lleva Ramon Fontserè pero en fin, que mejor no seguir. Y de todo lo dicho anteriormente saquen a Juan Diego que, pese a lo sobreactuado, es el único momento de la trama del presente que parece interesante.

La banda sonora compuesta por Johan Söderqvist es otro de los elementos salvables. Oscura e interesante, acompaña a unas imágenes que casi no se merecen esa música.

En la cueva del malo
Y si los palos están siendo desmesurados, a parte de porque es un verdadero truño, es debido a que da la impresión de que podría haber sido una película decente. El prólogo es inquietante y atrayente, lo mejor del metraje sin duda, y hay momentos en la cárcel/hospital en los que casi apetece que te cuenten la historia. Una pena que las lagunas argumentales, las interpretaciones absurdas y el forzadísimo tono político, que no sirve más que para alejarse del género sin venir a cuento, terminen dinamitando todo rastro de buen hacer.

Así tratamos a los enfermos en España
Aquí el tráiler. Si se quiere meter a los fachas asesinos y mezclarlo con el terror fantástico hay que hacerlo bien, como en El Laberinto del Fauno. Un 3’5.

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