22/7/16

Dos buenos tipos (The Nice Guys)

'Dos buenos tipos', glory bendit.


Cuando todo funciona, abandonas la sala con una sonrisa similar a la que debió poner el bueno de Shane Black al leer el guión terminado por primera vez.

Todo lo que apuntaba en 'Kiss Kiss, Bang Bang', y que tuvo que relegar a un escueto prólogo en 'Iron Man 3', explota por fin en su mejor película como director, y uno de sus tres mejores trabajos como guionista.

Viajar al noir Los Angeles de los 70 es siempre maravilloso, pero si además se hace desde el cachondeo y la exageración cartoon, el placer es tan embriagador como las sustancias en pantalla.

Los nunca demasiado expresivos Russell Crowe y Ryan Gosling se pican a ellos mismos, cediéndose espacio en pantalla cuando uno lo necesita pero divirtiéndose como nunca en los momentos descocados.

El guió de Black está lleno de regalos para las dos estrellas, pero también para un público ansioso de inmiscuirse en el misterioso asesinato de una actriz porno, la supuesta aparición de la difunta y la inexplicable huída de una amiga de la víctima.

La cámara se excede cuando quiere, como recordando que 'Sin City' y otras barrabasadas modernas son todas hermanas de padre, pero la mayoría del metraje está al servicio del guión y la ambientación, una dupla que se ha fundido en un solo ente placentero, como el whisky y los puros.

Una historia maravillosa, divertida y embriagadora, como lo que Paul Thomas Anderson no terminó de hacerle a Pynchon en 'Puro vicio' por respeto a la paranoia.

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