Hoy he visto
Los Juegos del Hambre (The Hunger Games), una adaptación de un bestseller más que una película.
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Horrible cartel 100% photoshop |
Gary Ross ha sido el encargado de realizar la primera peli
de la trilogía de novelas de
Suzanne Collins. El exagerado éxito de taquilla
garantiza a
Lionsgate la creación de las dos secuelas, tres si se dejan llevar
por el ansia y parten la última como ya hicieron
Warner y
Summit con
Harry Potter y
Crepúsculo respectivamente.
Y si empiezo con estos datos es porque el público de esta franquicia es el mismo. Los fans del niño mago y de los vampiros
brillantes han crecido y ahora buscan algo con más fundamento.
Los Juegos del Hambre les dio eso exactamente, una novela para la chavalada con algo de
mensaje pero con el espíritu de las anteriores. Si algún enamorado de la
trilogía encuentra muchos errores en mi crítica a partir de ahora, ruego que
tenga en cuenta que solo me he leído el primer libro y que me perdone por mis pecados pero, siendo entretenido, no me ha parecido precisamente un novelón.
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La salvaje |
La trama nos lleva a unos Estados Unidos post apocalípticos
llamados Panem (Paném en la versión doblada). El Capitolio es la ciudad central
y la sede de un gobierno brutalmente autoritario. El resto del país está
compuesto por doce distritos, cada uno más pobre que el anterior. Una revuelta
fallida del pasado hizo que El Capitolio se volviese aun más duro con su trato
a los distritos y, desde entonces, una vez al año eligen por sorteo a una
pareja de cada zona para realizar un combate a muerte televisado. Con esta
medida pretenden recordar quien está al mando y, a su vez, entretener a los
ciudadanos con algo de circo. La historia que nos cuenta la peli es la de una
joven del distrito 12, el más pobre, y los acontecimientos que vive desde que
se presenta voluntaria a los juegos para evitar la participación de su hermana
pequeña.
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El galán |
Jennifer Lawrence, Mística en
X-Men: Primera Generación, es
Katniss Everdeen, la prota y lo mejor de la película. Al igual que en
Winter’s Bone,
Lawrence caza ardillas para mantener a su familia, es dura, fría y
autosuficiente, cualidades que despliega en una interpretación realmente
conseguida. Sus acompañantes, que tampoco son mancos, no pueden lucirse cuando
ella está presente.
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El panadero |
Josh Hutcherson es Peeta Mellark (Pita Mila en la versión
doblada), el colega de distrito de la prota y con el que demostrará que el roce
hace el cariño. El pobre
Hutcherson es el personaje que peor trato ha recibido
al traspasarse del papel al celuloide y termina siendo demasiado difuminado. No
sabes muy bien de qué pie cojea ni con la película terminada y, por si fuera
poco, protagoniza la escena más vergonzante cuando, herido de muerte en medio
de un bosque y sin ningún recurso, trasforma su cabeza en una roca gracias a un
trabajo de maquillaje profesional que habrá costado unas cuatro o cinco
horitas.
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En clase de gimnasia |
Como película tiene grandes problemas, sobre todo en la
media hora inicial y final. Comienza presentándonos las miserias de ese mundo
hambriento y
Gary Ross ha decidido que los medios deben ser acordes a los de
los protagonistas, es decil, cámara al hombro y banda sonora minimalista o
inexistente. La emoción del momento de la elección de candidatos desaparece al
transformarse en una escena rápida, sin música y sosa. Supongo que quería
transmitir pulcritud y dureza pero a mi me huele mas a prisas y falta de
previsión.
Con la llegada a la ciudad todo mejora un poco aunque la
necesidad de mostrar muchos detalles de la novela, para que los jóvenes lectores señalen
en voz alta en mitad de la sala, impide la narración normal que debería seguir una película. Todo
va rápido pero muestra muchas cosas por lo que al final queda largo. El
comienzo de la batalla en sí parece prometedor pero llegado cierto momento te das
cuenta de que no vas a ver sangre, muerte o sufrimiento por
ningún lado, cosas que sí tenía la novela. La protagonista no experimenta ningún
cambio de personalidad y parece capacitada para ganar desde el principio.
Cuando se une con su compañero todo decae y la película no vuelve a
levantarse.
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Esas barbas guapas |
Como adaptación tiene algunos pros y un gran contra. Resume
bien algunos personajes y los aglutina en la historia eliminando la paja que
Suzanne Collins se había permitido. A mi parecer, es un acierto modificar la
chorrada de las bestias monstruosas del final y la utilización del presentador
para explicar ciertos detalles que en la novela sabemos gracias a la voz en off
de la prota.
El mayor problema, a parte de algunos ya comentados como la
falta de definición del personaje de Peeta, es la enfermiza obsesión por contar
una novela y no una película. Son géneros diferentes y como tal deben
ser tratados. El resultado final es una guía visual para los lectores, un mero
entretenimiento para fans o un buen resumen para los que no se han acercado al
libro, pero me temo que no es para nada una buena película.
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Lenny Kravitz y Tallahassee |
Con respecto a la originalidad de la novela no quería entrar
demasiado en la polémica, me parece bien que un autor se base en otras obras
para crear nuevos productos. Esta historia bebe desde luego de las novelas de
Orwell y tiene exactamente la misma premisa que
Battle Royale. El problema es
que la autora entró al trapo y dijo en una entrevista no conocer en absoluto la
segunda obra mencionada. En ese momento mi respeto y educación quedan
destruidos y debo decir que, por un lado, las similitudes a cinta japonesa son
aplastantes en la estructura del argumento y, por otro, que puede que no conozca el
manga o
incluso la
novela, pero si dice no haber oído hablar de la
película es o una
mentirosa o una ignorante.
Perdón por este pronto de ira pero es que la mezcolanza y el
pastiche debería ser un arte. Desde hace años luce en mi habitación
un poster bien molón de Battle Royale con esta frase: “Un cruce entre
La Naranja Mecánica y
El Señor de las Moscas”. Todo está inventado y coger ideas de aquí
y de allá puede ser enriquecedor si se hace con genio, es decir,
Tarantino. El
problema es quien reniega de las fuentes y se cree que ha inventado la fregona
cuando solo ha perfeccionado el mocho.
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Mucho mejor que Mercedes Milá |
jajaja bajaste a 6 !!
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