Luis M. Rosales y José Luis Alemán nos dieron la bienvenida en una rueda de prensa donde los recortes fueron los obligados protagonistas. Para entrar en situación con algún dato rápido, en la primera edición se contó con 85.000€ de presupuesto, lo justo como para inicial algo así. En esta la cosa ronda los 50.000€, tan al filo de la navaja que a principios de año aun se planteaban si cancelar la fiesta y dejar huérfanos a los pobres nocturnos que tenemos esta fecha como evento obligado desde 2013.
Gracias al apoyo de los colaboradores, a los empujones de Alemán y al equipo que organiza esto sin pensar el recibir a cambio más que la experiencia, se ha obrado el milagro y aquí estamos.
Además de repasar algunos de los títulos más interesantes, Rosales no pudo evitar confesar lo cerca que hemos estado de tocar la gloria, para chasco de los que estábamos allí presentes. Resulta que este podía haber sido el año en el que John Carpenter se dejase caer por aquí. Sólo con eso, un par de acreditados de desmayaron delante mía, pero cuando nos dijeron que llegó a estar confirmado como invitado para recoger un premio, presentar un ciclo con sus películas y dar un concierto en Madrid, fui yo el que preferí tumbarme en el suelo para evitar golpes innecesarios.
El caso es que en un momento dado, desde Primavera Sound se pidió a Nocturna que cediese el concierto para Barcelona. Supongo que por culpa del escaso presupuesto, se dijo que sí y, cuando hubo que organizar el viaje, desde el festival modernete ya se habían encargado de todo, organizado el recorrido de ida y vuelta sin escala en Madrid y dejándonos a nosotros sin conocer al maestro.
Una pena, ahora el pobre John Landis, que por cierto se lleva un quinto del presupuesto, sabe aun más a segundo plato.
Dicho esto, se procedió a una reunión táctica de parte del Mandanga's Team para afrontar la película inaugural, cubos mediante.
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'The Hollow Point' abrió esta edición de un modo extraño pero efectivo. Los festivales de género tienden a desvirtuarse, y comenzar con un thriller fronterizo con un par de escenas violentas no parece el mejor modo de mantener la esencia. Por otro lado, mejor irse del tono con una peli buena que abrir con un truño.
Gonzalo López-Gallego dirige esta historia de villanos contra no tan villanos con una soltura y un gusto envidiables. Durante todo el metraje juega con la cámara para ofrecer algo más y, gracias a ello, consigue mantener la atención durante la lenta pero firme caída a los infiernos de sus protagonistas.
Contundente y elegantemente sucia, no sólo consigue sacar gran parte del potencial de Ian McShane, Patrick Wilson y John Leguizamo, si no que nos presenta uno de los escasos papeles en los que James Belushi mola. Además, termina con el 'God's Gonna Cut You Down' de Johnny Cash, #GloryBendit. Una vergüenza que un producto tan interesante y con un español al timón no logre estrenarse en nuestras salas.
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Y hasta aquí, porque os contaría mi carrera para coger el bus pero no puedo, que me tengo que ir ya a ver las del martes. Ojo, huele ya a #pelidelanocta.
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