No es que cause esa molesta sensación de oportunidad perdida, todo lo que aparece en esta película es más o menos correcto y no hay nada que pueda molestar en exceso, pero desde luego no se ha hecho justicia.
La figura de Dalton Trumbo es tan imprescindible en el mundo hollywoodiense como interesante a la hora de ser narrada, por eso me ha sorprendido lo flojo que se queda todo en esta introducción a lo que realmente fuera el genial guionista.
Bryan Cranston está correcto, y punto. Su interpretación juega a ratos con la caricatura en un constante ir y venir donde temes que se le vaya el punto, cosa que no ocurre pero que impide el realismo y peso necesarios.
Lo mismo ocurre con el resto del reparto, te quedas con las ganas de ver a Michael Stuhlbarg y Helen Mirren haciendo de esto algo más fundamental. Curiosamente, es Louis C.K. el que parece tomarse la película más en serio, aportando a su personaje una presencia muy de agradecer.
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