18/2/15

La señal (The Signal)

La señal (The Signal), piratas informáticos, experimentos secretos y patas de pollo.

En el probador de una tienda con doble espejo
Segundo largometraje de William Eubank que insiste en esa ciencia ficción pausada que pretende contar algo más. Este género existe por la mezcla de dos elementos explosivos: la falta de presupuesto y las ganas de trascender de nuevos autores. Si esto se agita sin cuidado, el resultado puede ser un auténtico desastre, pero si los astros se unen, la idea es buena y el realizador/guionista no se pasa de listo, podemos disfrutar de obras imperecederas. No es el caso de La señal, pero tampoco es como para pedir el dinero de la entrada y buscar la dirección de su responsable para mandarle una cabeza de caballo.

La trama nos presenta a tres amigos que realizan un viaje por carretera. Toman un desvío para intentar localizar a un hacker que parece obsesionado con ellos y, al llegar al sitio indicado, ocurren sucesos inexplicables. El protagonista se despierta en una instalación del gobierno y no tiene ni idea de lo que pasa. Sus amigos también están encerrados y deberá descubrir cómo salir de ahí y qué narices ocurre.

Como idea inicial no es precisamente original pero, a mí que me gustan estos temas, me vende la entrada. La cosa se va complicando según avanza la película y, muy poco a poco, vamos descubriendo detalles que nos acercan al final. Un giro que, hay que reconocer, parece desesperado. Puede que tanta ciencia ficción a nuestras espaldas nos esté inmunizando, pero nunca me sentí realmente intrigado o sorprendido con el argumento. Si me dicen que la resolución salió de una reunión nerviosa a mitad de rodaje, justo cuando no sabían cómo salir de la instalación gubernametal, me lo creo.

Morfeo ofreciendo más píldoras
Su diseño de producción es más que correcto y contiene efectos especiales cuidados y elegantes. Por eso sorprende aun más que el guión patine en giros rimbombantes sin continuidad y puzzles para niños. Y es que para explicar que el personaje central es un genio, nos lo enseñan resolviendo problemas conocidos por todos o directamente idiotas. Lo de ordenar adjetivos de formas geométricas es tan tonto como su "complejo" plan para descubrir el código de la puerta. Todo coronado con un extrañísimo número tatuado que esconde la verdad tras... ¡su suma!. Esto es tan tonto como intentar que sea una sorpresa un nombre escrito al revés. Bueno pues, también ocurre.

La pretenciosidad de estas chorradas en el guión me hacen ver la película algo incómodo aunque reconozco que no he pasado un mal rato. Apta sólo para amantes del género en su versión minimal.

El prota algo mosca con la situación
Aquí el trailer. La reina del corral seguirá siendo Moon y se acabó. Un 6.

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