Esta ha sido mi segunda crítica de FOTOGRAMAS así que, para qué currar de nuevo:
Lo mejor: una ambientación de otra época.
Lo peor: las comparaciones, odiosas e inevitables.
Cuando se parte de un original tan venerado como el anime de Mamoru Oshii, y por extensión el manga de Masamune Shirow, es normal encontrar cierto recelo entre sus seguidores al anunciarse nuevas versiones. Por suerte, el aficionado a este tipo de relatos no suele tener miedo a enfrentarse a productos peliagudos. Pocos se perderán este acierto de Rupert Sanders a la hora de contar, con los medios de hoy, un relato que huele a otra época.
Ni las prisas del calendario hollywoodense, ni las polémicas surgidas alrededor del proyecto han empañado esta historia sobre una cyborg que intenta descubrirse dentro de un cuerpo prestado. La Mayor, interpretada por Scarlett Johansson, ha sufrido los cambios canónicos más prominentes respecto a la obra original. Si se hace un esfuerzo para perdonar estas alteraciones, su nuevo perfil encaja en la brillante traslación de un universo con el que los amantes del género se sentirán como en casa.
Su diseño de producción acierta cuando arriesga, que es casi siempre. Desde la valiente caracterización de los personajes (bien por esos ojos locos de Pilou Asbæk), a los modelos rectangulares de vehículos, pasando por mantener en japonés las intervenciones del siempre agradecido Takeshi Kitano, esta 'Ghost in the Shell' ha resultado ser un producto audaz, llamativo y memorable. Y no: aquella inefable remezcla de Steve Aoki del inolvidable tema principal de Kenji Kawai no aparece en la película. Hasta en ese punto han sido cuidadosos.
Y por si os habéis quedado con ganas, un par de galerías por la cara:
- ‘Ghost in the Shell’: La música de la máquina
- 6 claves para que ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ guste a los fans
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