Décadas de papeleo |
La trama nos presenta a un padre y un hijo que han
conseguido labrarse una importante carrera estudiando el Talmud. El profesor
Shkolnik padre no ha terminado de conseguir la ovación pública que cree merecer
debido a su agrio carácter y a su visión tradicional y recta del trabajo. Su
hijo es elogiado continuamente gracias al modo más útil y moderna con la
que lleva sus trabajos. Por una jugarreta burocrática, el padre recibe
erróneamente la felicitación institucional por un gran premio que realmente
corresponde a su vástago. Cuando este se entera, deberá decidir si luchar por
su carrera o por la salud y buen trato de quien le ha criado sin un ápice de
reconocimiento.
Steve Carell y Michael Keaton |
El problema es que Cedar parece no estar tan seguro de lo
que quiere contar. Empieza con una curiosa presentación llena de rótulos,
flashbak y demás elementos de montaje que indican que estamos ante una película mucho
más fluida. Poco a poco la cosa se atasca y olvida totalmente esos adornos para
pasar a una narración tradicional.
A ver ahora qué haces majo |
Aun así contiene momentos muy bien rodados como el descubrimiento de “la fortaleza” o una reunión claustrofóbica que viene a ser
una de las escenas más intensas y a la vez divertidos de la cinta.
En conclusión, un entretenimiento al que le sobran algunos
minutos y le falta definición. Una película fácil de ver y un modo sencillo de
poder decir que has visto cine israelí.
La familia unida. Más o menos |
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