28/6/15

Chappie Fuk da World

Prefiero que una peli me guste mucho o no me guste nada, pero deje esa sensación flojeras del "meh" es una bajona. Ese regusto de lo que pudo ser pero no has conseguido ver, ese querer decir que sí pero notar que no. Las buenas ideas son tan escurridizas, al menos cuando las buscas, que es una verdadera lástima desperdiciarlas por no saber tratarlas bien. Por eso prefiero tragarme un truño completo a un postre insípido.

Esta desagradable falta de acierto en lo correcto me ocurrió con la reciente Chappie, tercera cinta y segundo patinazo de Neill Blomkamp, un tipo que nos quiere meter Johannesburgo en las venas pero que no termina de lograrlo. En esta ocasión, y no sé hasta qué punto ha sido pretendido, la peli sobrevive por la estética zef que los miembros de Die Antwoord han tenido a bien trasladar a la cinta. Si sigues a estos tipos, lo más seguro es que creas que te ha gustado lo que has visto pero, si haces examen de conciencia, descubrirás rápidamente que si quitan a Ninja y Yo-Landi, esto no hay cómo aguantarlo.

Este será el atuendo de Ninja y Yo-Landi para los atracos    
Nadie los nombra en las promos, en el trailer aparecen como personajes secundarios y ni siquiera salen en el puto cartel. Dentro de la misma película están desperdiciados, su música se entremezcla con la de Zimmer de forma mamporrera y los dos planos en los que parece que van a tirar fuegos artificiales, quedan en nada. Es el maldito falso subidón del drum and bass en el que estaría pensando Blomkamp mientras el montaje le pedía electro rap-rave explosivo de la mente. Creerse guay y no llegar a chachi es una pena, por eso, como estoy aquí para ayudar, voy a repasar cómo Chappie podría pasar de un título macarrilla olvidable, a la horterada sublime que hubiese conquistado el corazón de la gente de bien. Bienvenidos a mi remake automático, la película que debería haber sido, bienvenidos a Chappie Fuk da World.

La villana muy a tope
La historia tiene lugar en el futuro, en 1995, en una ciudad llamada Neo Jo’burg. Las calles son el caos y la población vive aterrada en edificios mal apuntalados. La delincuencia es una lacra del pasado debido a los violentos ciborgs de la corporación que gobierna el lugar. A la cabeza del mal está Nicki Minaj, presidenta auto electa de la zona y directora de la empresa de máquinas humanas, creadas a partir del rapto y transformación de todo el que se oponga al régimen. El problema es que la parte pellejuda de los soldados los hace vulnerables, por ello, la terrible Minaj, ha encargado la sustitución de sus tropas por unos nuevos robots mucho más eficaces. El científico encargado del desarrollo de su CPU, Kanye West, creará en secreto un chip con una verdadera Inteligencia Artificial y se guardará un robot para sí mismo, posiblemente con el aspecto externo e inexpresivo de Kim Kardashian.

El científico paseando con su creación por Neo Jo’burg
Por otro lado tenemos a Ninja y Yo-Landi Vi$$er, dos delincuentes esquizofrénicos que sobreviven gracias a implantes de la corporación de Minaj que pueden comprarse en el mercado negro. En uno de sus atracos, se topan con el científico mientras da cera a su robot, youknowwhatimean, y se lo quedan para fardar por el barrio. Le quitan la cobertura humana, adiós a la Kardashian, y descubrimos un esqueleto de metal bien molón al que le prestará movimientos y un nuevo registro vocal Andy Serkis. Poco a poco lo adoctrinan, como en la peli de verdad pero mejor montado, hasta que se dan cuenta de que deben luchar por derrocar al gobierno junto con Kanye, él por la justicia y ellos porque sin los robotes podrán delinquir mejor.

En la batalla final tendrán que enfrentarse al lugarteniente de la mandamás, interpretado por Till Lindemann, y su horda de perros robots gigantes que echan fuego y toda la pesca. Tras una lucha sin cuartel con la música a todo trapo y un clímax hiperbólico de veinte minutos, los villanos morirán de manera salvaje. Kanye y Ninja también serán bajas para que Yo-Landi herede el trono y gobierne Neo Neo Jo’burg junto con Chappie, que no sabemos cómo pero vuelve a ser la Kardashian.


El lugarteniente malvado
La banda sonora está compuesta por temas de Die Antwoord para los protas y Rammstein para los malos. Hay detalles de Nicki Minaj y Kanye West para sus personajes claro, pero todo muy puntual porque no molan tanto. La estética será zef al 100% para el pueblo sometido y hablarán con vocabulario afrikáans, que se hará tan popular como el nadsat de La naranja mecánica. Las infraestructuras, vestuario y maquinaria de la malvada corporación serán de influencia egipto-nazi-futurista.

Para que todo esto se lleve a cabo, necesitamos a un director a la altura. Para ello, emborracharemos a Michael Bay y John McTiernan para que tengan un hijo y sea criado por Harmony Korine. Cuando cumpla dieciocho años se le dará el libreto de este proyecto y todo el dinero que necesite y ya está, BOOOOM, a disfrutar.

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