Qué pena |
La trama, apoyandose en el corto de Patrick Jean que podéis ver aquí, nos cuenta cómo una raza de alienígenas pretende invadirnos en forma de videojuegos de recreativas de principios de los 80. Los poseedores de diferentes récords en esos títulos tendrán que salvar el mundo. Y Adam Sandler se lía con una.
El pobre está muy triste, no veo sonreír al prota de Billy Madison desde los noventa. Puede que sea porque me creí demasiado la genial Hazme reír, pero no puedo evitar pensar que pasa por ese momento de agonía existencial en cada comedia que estrena. Adam Sandler está triste desde hace demasiado tiempo y, lo que es peor, se nota.
Equipo ganador que no |
Que Chris Columbus sea el director ratifica esto, el problema es que no sólo es el realizador de Solo en casa y Harry Potter y la piedra filosofal, también es el de El hombre bicentenario y Percy Jackson y el ladrón del rayo, y esta le ha quedado más como las segundas.
Conglomerado de supuestos homenajes, todos vistos en el trailer, salteados con chistes que, además de malos, están interpretados y montados con un ritmo que, de tener gracia, tampoco funcionarían. Espacios en silencio, salidas de tono, oportunidades desperdiciadas y sinsentidos argumentales que distraen en vez de entretener y buscar atajos. Sólo el bonito y colorido diseño de las criaturas pixeladas se salva de la quema.
Si quieres hacer un buen tributo, me temo que no te queda otra que ser conocedor de aquello a lo que quieres homenajear. Si te pones a rodar una peli con juegos retro porque están de moda y tu único contacto es que te suena que una vez jugaste al Donkey Kong, piensa en otra cosa que realmente te haga feliz. Y por favor, no destroces a Q*bert de esa manera, imbécil.
Final boss |
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