18/10/12

Cosmopolis

Hoy he visto Cosmopolis, una sobre el capitalismo, los jóvenes millonarios y los atascos.

Alguna crepusculina habrá muerto en la sala
Ocurre con muchas películas que no son debidamente valoradas hasta pasado un tiempo. Toro Salvaje, que perdió el Oscar ante la olvidada Gente Corriente, se ha convertido con los años en una joya del séptimo arte. ¿Ocurrirá esto con Cosmopolis? Sinceramente, no creo.

David Cronenberg se vuelve espeso y dramáticamente aburrido en esta supuesta lección sobre lo podrido del sistema. Ni la limpieza de los planos ni sus tonos fríos y elegantes, consiguen atraer la atención sobre una historia imprecisa, irregular y falta de interés.

La trama, basada en una novela de Don DeLillo, nos cuenta el día de un joven adinerado que se dirige a su peluquería favorita. Multitudes que protestan contra el capitalismo van asaltando su limusina mientras él recibe a diversos colegas y amantes. Además alguien planea un atentado pero no parece preocuparle demasiado.

Todo por un buen corte
Robert Pattinson empieza la película haciendo de robot, sobreactuando demasiado y creyéndose un personaje más que una persona. Desconozco si Cronenberg ha rodado de un modo lineal pero el caso es que según pasan los minutos Pattinson se suelta y en el último tramo resulta mucho más convincente e interesante.

Entre los numerosos encuentros que se suceden en el coche aparecen Sarah Gadon, Juliette Binoche, Jay Baruchel y Kevin Durand. Todos meras caricaturas.

Giamatti en la últimas
Lo mejor de la peli es el tramo final, un duelo verbal con el genial Paul Giamatti donde Pattinson da lo mejor de sí mismo. Son los quince minutos que salvaría de la quema sin dudarlo.

Algún crítico avispado ha dicho que es la versión psicosexual e interiorizada de Inside Job y Margin Call. Yo creo que es un intento de Taxi Driver de la era actual que no consigue llegar a buen puerto. Demasiados personajes innecesarios, demasiado discurso trasnochado, demasiada paja mental.
Qué tio más chulesco
Aquí el tráiler. Personalmente prefiero el Cronenberg bizarro de El Almuerzo Desnudo o el visceral de Promesas del Este. Esta es aun más insípida que Un Método Peligroso. Un 4’5.

1 comentario:

  1. Me gustó. Pero salí del cine sin tener ni idea de lo que había ocurrido.

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