Bienvenidos al Fin del Mundo (The World’s End), una de
reencuentros, borracheras y robots alienígenas.
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Nos ha tocado el peor cartel. Tarde y fatal |
Cuarta película de
Edgar Wright como director pero, obviando
la fantástica
Scott Pilgrim contra el Mundo, tercera colaboración en el guión
con su colega
Simon Pegg tras petarlo en la tele con
Spaced y cierre de la llamada
The Blood and Ice Cream Trilogy, tres
películas sin relación entre sus tramas pero con las que se han divertido de lo
lindo. Una pena que esta, la más floja con diferencia, sea la que me pilla
haciendo críticas.
La historia nos presenta a un perdedor cuarentón que decide
arrastrar a sus viejos amigos de perrerías a su pueblo natal. Allí pretende
recorrer los doce bares del lugar tomando una pinta en cada uno, algo que no
consiguió en su juventud. Sus compañeros de viaje no están por la labor pero
todo se vuelve más interesante cuando descubren que los habitantes del pueblo,
extrañamente sosegados, son en realidad robots rellenos de un líquido azul.
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La belleza está en el interior. Y las pilas |
El problema de esta tercera aventura es que el tema a
homenajear, la ciencia ficción, le queda grande al enfoque humilde que
pretenden
Wright y
Pegg. De hecho, cuando empieza la parte puramente ficticia,
todo lo que gana la imagen en color lo pierde el guión en interés. Cuando
aparecen los muertos vivientes en
Zombies Party todo se anima, cuando aquí
salen los robots apetece que vuelvan a la trama simple de colegas de
instituto forzados a reunirse, algo con mucha más chicha de lo que termina
teniendo el viraje surrealista.
Con la banda sonora más de lo mismo. Contiene temazos que
apetece escuchar pero nada en comparación con las compilaciones más cuidadas y
completas de las anteriores.
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El rodaje fue una fiesta |
No sé hasta que punto el estrés de Hollywood tiene la culpa
de esto.
Wright afronta en este momento
Ant-Man, una mega producción marveliana
con la que lleva liado desde antes del inicio del rodaje de esta peli.
Pegg
está en todas partes y parece que si
J.J. Abrams le llama al móvil tiene que
acudir de inmediato. Así no se puede currar y supongo que el guión no se revisó
con la calma que merecía. Aun así la distribución en España ha sido
igual de penosa que con las anteriores, hay cosas que no cambian.
Pese a estos palos debidos a mi admiración por trabajos pasados,
Bienvenidos al Fin del Mundo es muy divertida y contiene genuinos
momentos de humor inglés. Por sí sola sería otra resultona comedia británica pero los que
esperábamos con ansia la tercera entrega de la
Three Flavours Cornetto Trilogy, no podemos evitar sentirnos un poco apenados. Y si no, mirad mis
notas:
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