Philomena

Philomena, una de aguantar con la culpa y perdonar lo imperdonable.

Steve Coogan y Amparo Baró

Película inglesa basada en el caso real que estudió el periodista Martin Sixsmith. En 2009 publicó el ensayo The Lost Child of Philomena Lee, dura historia con protagonista inolvidable que cautivó a Steve Coogan. El inglés escribió un guión junto a Jeff Pope y consiguió que Stephen Frears lo filmase. Este es el resultado de todo eso.

La trama nos presenta a Philomena, una irlandesa que un día le confiesa a su hija un secreto que lleva consigo cincuenta años. Cuando era joven se quedó embarazada se vio obligada a vivir en un convento. Las monjas del lugar vendieron a su hijo como hacían con los de todas las allí presentes y nunca más volvió a saber nada de él. Cuando un periodista se entera del caso, ayuda a Philomena a rastrear las pistas y buscar al niño perdido.

La versión americana va a ser infumable

A parte de la trágica historia, si esta película funciona es por la prodigiosa interpretación de Judi Dench y el contrapunto ácido y realista de Steve Coogan. Juntos hacen una pareja imposible perfecta y se encargan de suministrar las dosis de emoción a lo largo del metraje. La bondad inherente en el personaje de Dench, hace que se nos olvide la actriz que hay detrás hasta el punto de crear la ilusión de un falso documental. En ese momento sólo nos queda disfrutar, más o menos, de las peripecias de una dulce anciana.

El guión de Coogan y Pope esquiva el melodrama forzado y lo introduce cuando es indispensable. No se hace cuesta arriba en ningún momento y los paréntesis cómicos están tan mimados como el trato de la historia. Desconozco si la Philomena real es tan bondadosa, pero me da igual porque aquí funciona.

Una película de fondo muy amargo pero envoltorio sumamente agradable. Una forma elegante y eficaz de hacer justicia a un relato que debe ser contado. La mala noticia que nos trae es que no sólo en España hubo tipas que vendieron niños con el pretexto del castigo divino.

La Philo angustiada

Aquí el trailer. Una versión irlandesa de nuestra Cándida. Un 7’25.