1/10/16

Blood Father

'Blood Father', molando pese a todo.


Es descaradamente fácil meterse con Mel Gibson, la persona. Allá donde quieras buscar, encontrarás frases pronunciadas por el actor que no solo sonrojan a la bienintencionada sociedad actual, sino que podrían ser un problema hasta en los desvergonzados ochenta.

Por otro lado, y como venganza consumada a fuego lento para hacer sufrir a sus detractores, su filmografía presenta pocos tropezones y, hasta en este supuesto ocaso, sigue brillando de tanto en tanto.

Su última película como protagonista, la divertida 'Vacaciones en el infierno', podría haber sido una excepción en una carrera en obligado declive, pero 'Blood Father' demuestra que todo el que quiera ver a Gibson acabado tendrá que joderse unos años más.

La película funciona en todos los ámbitos, desde la acción bien administrada hasta la mala leche fronteriza, pasando por el humor negro y de perdedores que sazona toda la obra.

Gibson está pletórico, especialmente en los dos tercios de la película en los que la barba hacen que su figura sea aun más imponente. Erin Moriarty es una perfecta hija incómoda y el resto de secundarios funcionan sin problemas.

Si no te importa el calor del desierto y no quieres repartir algo de plomo, ya sea a modo de atacante, venganza o defensa, ponte la bandana y súbete en la moto.

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