La Caza (Jagten)

Hoy he visto La Caza (Jagten), una desgarradora historia de falso culpable contra la masa enfurecida.

Cartel con el momentazo de la peli

Algo que se repite en muchas críticas de esta película es que es la mejor obra de Thomas Vinterberg desde Celebración, y estoy de acuerdo. El realizador ya demostró en Submarino que no era un danés vendido a Hollywood para hacer productos menores, estaba dispuesto a rodar grandes películas en su país y La Caza es la mejor prueba de ello.

La trama presenta a Lucas, un hombre divorciado que intenta rehacer su vida trabajando en una escuela infantil. Las cosas parecen irle bien por primera vez en mucho tiempo y hasta su hijo adolescente está dispuesto a pasar más tiempo con él. Un día, la directora del centro donde trabaja escucha un comentario de una niña, una pequeña mentira que se vuelve enorme en su mente y contagia a todo el pueblo. Lucas es juzgado y sentencia sin derecho a defenderse por sus antiguos amigos y por una comunidad que lo rechaza debido al poder de los rumores.

Si has sido villano de Bond, ya lo que quieras

Mads Mikkelsen está absolutamente magnífico. La fuerza y humanidad con la que interpreta al protagonista casa a la perfección con el guión de Vinterberg y Tobias Lindholm. No es un héroe viviendo un drama peliculero, es un hombre afrontando un problema real e inmenso contra el que no puede luchar. En una determinada escena, Mikkelsen demuestra su calidad interpretativa llevando a su personaje desde la integridad de alguien que se sabe inocente, al derrumbe del hombre agotado que termina soltando lo que tiene dentro en un ataque de ira. Además, fue Le Chiffre en Casino Royale y eso ya mola más que todos nosotros juntos. 

Joder con la mierda de la niña

Thomas Bo Larsen es el mejor amigo del protagonista y el que más presionado se verá por los rumores. Por un lado no quiere creer lo que oye, por otro, su hija no puede mentir. Su sinceridad interpretativa contrasta con una barba que parece postiza y despista todo el rato. Annika Wedderkopp es la niña que empieza todo y Vinterberg consigue de ella un trabajo más que acertado. Lo mismo se puede decir del resto del reparto donde también destaca Lasse Fogelstrøm, el hijo que no entiende por qué ocurre esto.

Pequeño apoyo familiar

El director cuenta que todo surgió de un psicólogo infantil que le habló del síndrome del falso recuerdo y sobre la teoría de que las ideas son como un virus. Con documentos de muchos casos similares al presentado en la película, Vinterberg creó este drama realista que no pretende conmover a nadie de forma gratuita o artificial. Con la última escena subrayará su propia opinión sobre el tema, pero es algo que ya no voy a contar.

La fotografía de Charlotte Bruus Christensen funciona a la perfección con el tono que el realizador y el protagonista aportan a la historia. Los elementos cálidos crean una falsa sensación de protección que rompe el paisaje frío que envuelve a los personajes.

En conclusión, una historia cruda y real que se mezcla con una interpretación soberbia de Mads Mikkelsen. Un drama que no busca la lágrima si no alertar sobre los peligros de la falta de presunción de inocencia cuando una idea, cuanto más retorcida mejor, cala hondo en el imaginario colectivo.

Esa barba es postiza ¡Di la verdad!

Aquí el tráiler. El cine danés está en su mejor momento. Con Susanne Bier o Nicolas Winding Refn triunfando en medio mundo, solo hacía falta que Vinterberg trabajase con Mikkelsen para hacer piña y seguir ofreciendo historias con las que disfrutar. Un placer oiga. Un 7'75.