9/4/13

Tesis sobre un Homicidio

Hoy he visto Tesis sobre un Homicidio, una sobre duelos entre villanos y héroes sin final, literalmente.

El diseño del cartel convence más que el guión
Como pasó con Barbara y La Vida de los Otros, esta película incluye referencia a la magnífica El Secreto de sus Ojos en el cartel y eso hace imposible no comparar y, por lo tanto, criticar de manera negativa.

La trama nos presenta a un profesor de derecho que se topa a la vez con un brutal asesinato y un tenebroso alumno. No tarda en unir las piezas y comienza una lucha por demostrar la culpabilidad del joven mientras este parece disfrutar del juego.

Ricardo Darín es sublime. El director, Hernán Goldfrid, decide de un modo acertado seguir a su protagonista durante todo el metraje y conseguir así peso argumental gracias a la fuerza del actor. Lo malo es que todo héroe debe disfrutar de un buen oponente para lucirse y Alberto Ammann no es nada de eso. El extraño acento del intérprete con orígenes argentinos en películas españolas, se convierte aquí en un imposible acento español. Ammann hace una actuación tan mediocre y pronuncia tan raro que en varias secuencias estoy seguro de que lo que se oía era un redoblaje intentando solucionar algo peor y no consiguiéndolo.

Calu Rivero es la chica de la historia. Disimula al principio cuando su personaje está compungido y cansado por los acontecimientos pero, cuando se recupera, demuestra las mismas aptitudes para la interpretación que Ammann, ninguna.

Y así es como conseguí mis acentos raros
El realizador y el director de fotografía se pasan la película haciendo referencias a Hitchcock y De Palma, algo que entretiene bastante la verdad. El argumento podría ser interesante pero como el guión no lo demuestra, consigue mantener atento al espectador por la simple premisa de encontrar a un asesino y el magnetismo de Darín. A parte de eso, no hay nada más que haga disfrutable este producto más cerca de una tv movie que de motivo de orgullo para los productores de El Secreto de sus Ojos.

Lo de no resolver nada al final se viene repitiendo durante toda la película con misterios que no llegan a ninguna parte. Se hacen referencias constantes a un antiguo caso del que nunca sabremos nada, la tesis del título se difumina hasta casi desaparecer, las pruebas irrefutables del protagonista resultan tan fáciles de desmoronar que no entiendo cómo no se ha dado cuenta antes y el malo, en fin, Ammann casi se carga Celda 211 y ahora vuelve a su patria para demostrar que allí, tampoco.
Todo lo que han visto, es producto de su imaginación. Duerman.
Aquí el tráiler. Si querían un final abierto que se hubiesen trabajado el guión como en Zodiac. Un 5’5.

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