7/11/15

Spectre

Spectre, reformular lo ya reformulado para volver al inicio.

El cartel es impecable
Todo dio una vuelta con Casino Royale. Tras los dubitativos años de Pierce Brosnan, que fue muy superior a sus películas, la saga del espía chulesco llegaba a la veintena de títulos con una necesidad imperiosa de reinventarse. Las dudas sobre el fichaje de Daniel Craig duraron el tiempo que transcurrió entre su presentación en el Támesis y el estreno de su debut. Pese a la floja secuela, el tono oscuro, realista y más humano se mantuvo y supo jugar con su propio mito en Skyfall, allanando el terreno para que el agente volviese a un escenario similar al que conoció en su nacimiento a principios de los sesenta.

Esta mezcla de oscuridad y diversión, de drama personal intercalado con fantasmadas varias, ha podido pasarle factura a un Sam Mendes que, sin errar demasiado el tiro, no ha dado en la diana como en la ronda anterior. Viendo Spectre nunca sé si Bond corre peligro real, como quiere mostrar Craig, o si debo seguir las burlonas indicaciones de Christoph Waltz, villano forzadamente caricaturesco que hubiese creado época de haber llegado hace unas décadas. Me pierdo en la supuesta compleja trama que se termina deshaciendo con un simplón organización de villanos para hacer el mal. No sé si Léa Seydoux es la chica interesante y preparada para todo que muestra su presentación, o un bellezón asustado y necesitado de amor como ocurre en el resto del metraje.

Esta lucha entre seguir con la seriedad y la sangre o volver al puro entretenimiento inocuo, llega a su punto álgido en el clímax final, cuando Mendes se termina de quitar la careta y convierte a Bond en Batman y a "Oberhauser" en el Joker, pasadizo del terror y del recuerdo incluido. En ese momento puedes sentir la lucha interna de un director que disfrutó con la nueva faceta dura, más cercano a Bourne que a un tipo saliendo de un cocodrilo-submarino, pero que echaba de menos al mujeriego que luchaba contra locos deformados.

Léa pensando en si le tocará hacer algo
Me pasa un poco lo mismo que al director, me muevo entre ambos mundos y, al salir de la sala, no sabía cómo abordar esta reseña y puntuar el título. Spectre defrauda si pienso en cine de acción actual con fondo tenebroso, que es justo lo que estaba esperando ahora. Por otro lado, pienso en la cantidad de aventuras pasadas que aparecen aquí reflejadas, tanto en personajes y escenarios como en detalles más sutiles, y no puedo evitar disfrutar cada guiño. Peleas en un tren o en un paraje nevado, megalomanía desatada, planes malvados con un punto de ridículo, esbirro al que da gusto ver, topos que se nota que lo son... todo esto es tan bondiano como un vodka martini shaken, not stirred.

Toda esta diatriba termina dando dolor de cabeza y uno, al menos en mi posición, no puede evitar cierta sensación de decepción pese al esfuerzo. A partir de ahora, sigan o no tanto Mendes como Craig, la saga se queda en una posición complicada, en una carretera forjada con heridas profundas pero que ha empezado una amplia curva hacia la invencibilidad de peinado perfecto.

Pero una cinta de Bond da para mucho, no voy a cerrar sin señalar que, tras la magnifica escena inicial en México, se oye Writing's On The Wall de Sam Smith, posiblemente el más soso de la colección de temazos 007, que por cierto tenéis en mi lista Bond Appetit, de nada. La infografía sí me ha gustado, más cercana a las antiguas como ya ocurría en Quantum of Solace pero manteniendo cierto estilo de la inmediatamente anterior.

Y para dejar claro una vez más mi fanatismo, lo que sigue es la lista de las veinticuatro aventuras oficiales hasta el momento, ordenadas según manda el criterio imperante en este blog, el mío. No están las tres que no se cuentan, la televisiva Climax!: Casino Royale, la comedia coral Casino Royale ni la apócrifa aunque recomendable Nunca digas nunca jamás.

Aquí el trailer. Con precaución se disfruta mejor, y si queréis discutir mi teoría de por qué Batista va a ser Tiburón, quedamos un día y os cuento. Un 6'5.

1 comentario:

  1. Yo le doy a la crítica un 10 y a la peli un 6, porque los con cinco y demás siempre me han repateado los higadillos. Pero, eso.

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