19/3/14

La Bella y la Bestia (Le Belle et la Bête)

La Bella y la Bestia (Le Belle et la Bête), una sobre ir a un castillo con miedo y poner verde al dueño en cuanto asoma.

Ojo con los peluchitos de ojos ENORMES
Tras Silent Hill, reconocida por muchos cinéfilos jugones como una de las adaptaciones más interesantes de la consola a la pantalla, Christophe Gans se ha tomado ocho años de descanso. El interés por su nuevo trabajo creció cuando se anunció que sería una nueva versión del cuento de hadas y que se realizaría en Francia. Huyendo de los últimos tropiezos de la fantasía americana, muchos llegamos a las salas con muchas ganas, demasiadas supongo.

La trama nos presenta a un comerciante que se queda sin un duro y vaga hecho polvo por el bosque. Un extraño castillo le ofrece cobijo durante la noche y suculentos regalos para sus hijas. Antes de marcharse, arranca una rosa para la menor de sus descendientes. Esto cabrea sobremanera al dueño, una bestia parda. Deja al comerciante que se marche durante un día para despedirse de su familia pero le obliga a volver si no quiere que mate a todos. La que termina volviendo es la hija que se irá enamorando del leoncio a trompicones.

Con Léa Seydoux y Vincent Cassel en cartel ¿cómo no íbamos a ir con ganas?. Es cierto que desde el principio todo huele mal, sobre todo cuando el malo es Eduardo Noriega. En ese instante me di cuenta de que esto no iba a ir bien.

La bestia depilada, más o menos
Con vestuario y decorados pomposos pero efectivos a ratos, lo que realmente se carga la película es un guión desestructurado y una dirección que parece haber sido engullida por el diseño de producción. Los perezosos diálogos no consiguen explicar nada y las escenas se suceden porque las han montado una detrás de otras. Si no hubiese visto alguna versión anterior, no sabría lo que están intentando contarme.

Entiendo que es complicado luchar contra La Bella y la Bestia de Disney, pero aun olvidando esa joya, esta seguiría siendo un fracaso. El guión, de Sandra Vo-Anh y el propio Gans, naufraga continuamente en su propia trama y ni siquiera consigue saber a qué público busca. Clara muestra de esto son unos perritos amorosos que aparecen con el único fin de intentar ser muñequitos de Happy Meal. Y el problema no es que no tengan una sola escena importante, es que la narradora dice que serán los mejores amigos de la prota durante su estancia en el castillo y no llega a tener contacto con ellos. Los problemillas de no darle un repaso al guión, supongo.

En definitiva, una película francesa que logra pasar por fiasco americano. Su bonito acabado y la belleza de Léa Seydoux hacen agradable su visionado si no se presta verdadera atención.

El cinco es por ella
Aquí el trailer. Volved a ver la de Disney o incluso la de Cocteau. O esperad a que pongan esta en la tele que gratis entrará mejor. Un 5.

No hay comentarios:

Publicar un comentario